Anatoly Chubais, exasesor del presidente ruso Vladimir Putin, se encuentra hospitalizado en Olbia (Cerdeña) por una enfermedad repentina. El exdirigente, que llegó a ser viceprimer ministro con Yeltsin, estaba de vacaciones en Costa Esmeralda y ahora se encuentra en estado grave. El diagnóstico inicial habla del "síndrome de Guillain-Barré", una enfermedad del sistema nervioso resultante de una infección. La conclusión: no puede cerrar los ojos, a causa de una parálisis facial. Además, tampoco puede caminar.

Esta situación de quien fuera uno de los hombres fuertes del presidente ruso se produce después de múltiples casos en los que enemigos de Putin hayan sufrido envenenamientos o muerto en circunstancias sospechosas, con temores, según apunta el Daily Mail, entre la inteligencia occidental de que los laboratorios rusos han tratado de crear toxinas que imitan enfermedades reales.

Según los expertos, el síndrome que padece Chubais puede tratarse, y la mayoría de las personas que padecen el síndrome acaban recuperándose por completo, pero el proceso puede alargarse durante un año. Eso sí, hay gente que se mantiene con problemas a largo plazo relacionados con la enfermedad.

Un mensaje del canal de Telegram del General SVR, con postulados contrarios a Putin, afirmaba ya hace días que Chubais había sido incluido en un proyecto de lista negra, aunque no aportaba ninguna prueba de tal afirmación. La lista estaba supuestamente compuesta por personas hostiles a Nikolai Patrushev, un allegado al presidente que es secretario del Consejo de Seguridad de Rusia.

El canal ha sostenido previamente que el mes pasado hubo un misterioso -y no anunciado- intento de asesinato contra Patrushev, de 71 años, un antiguo jefe del servicio secreto FSB que se cree que es a quien Putin entrega el poder cuando se ausenta para recibir tratamiento médico, y también un arquitecto clave de la guerra en Ucrania.

Chubais jugó un papel clave en la privatización de empresas en los años 90 tras la caída de la URSS, y es el funcionario ruso de más alto nivel que ha dimitido en protesta por la invasión rusa de Ucrania. Dejó su cargo en el mes de marzo y tuvo que huir del país.