Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La resaca de la marcha de Sonsoles Ónega: lo que ha perdido 'Cuatro al día' sin Joaquín Prat

El presentador Joaquin Prat, en 'Cuatro al día'.
El presentador Joaquin Prat, en 'Cuatro al día'.
MEDIASET
El presentador Joaquin Prat, en 'Cuatro al día'.

En la televisión actual da la sensación de que ha crecido la creencia de que los presentadores pueden ser intercambiables. En ocasiones, los profesionales bailan de uno a otro formato como si su carácter no influyera en el resultado final de la emisión. El propio Jorge Javier Vázquez ha recalcado alguna vez en Sálvame que en Telecinco todos están al servicio de todos los programas.

Pero la marcha de Sonsoles Ónega a Antena 3, y los movimientos que ha ejercido Mediaset para cubrir el hueco, deja en evidencia que los comunicadores son claves para mejor o peor rendimiento de un espacio televisivo. Desde este mismo mes de julio, Joaquín Prat se ha hecho cargo de Ya es mediodía y Ana Terradillos ha cogido su testigo al frente del vespertino Cuatro al día, dejando su función en la mesa de actualidad como sustituta de Ana Rosa Quintana

Sin embargo, no es lo mismo conducir un formato rodado como El Programa de Ana Rosa que llevar el timón de Cuatro al día, espacio informativo que repite informaciones que ya han tenido cabida en la totalidad de los programas de información y debate de la jornada. Entonces, para diferenciarse del resto de los magacines, entra la figura del carisma del comunicador que cuenta las historias. 

Ana Terradillos viene del periodismo pretendidamente serio, tanto que a veces incluso parece que regaña al espectador. Ya en sus primeras semanas en Cuatro al día da la sensación de que ha intentado quitarse rigideces y hasta, una tarde, se ha puesto a bailar. Sin embargo, necesita tiempo para encontrar su propio tono dentro del programa, pues Cuatro al día se había convertido en una moldeada revista de autor.

Joaquín Prat se llevaba a su terreno los temas. Así lograba dar a lo ya visto otro prisma desde la mirada de español medio que representa a través de una combinación casi perfecta de empatía, rabieta de cascarrabias y preocupación. Prat no es un buen lector de autocue, pero durante los últimos años ha ido encontrando el punto de locutor que conversa como tú, tu padre, tu cuñado o tu primo. Sin ir de nada, pero implicándose. Su papel le va a sentar bien a Ya es mediodía, pero en cambio lo va a sufrir Cuatro al día. Porque Cuatro al día ha tenido varios presentadores pero nadie lo conoce como Cuatro al día, sino como el programa de Prat. Para que luego alguien piense que los presentadores son intercambiables.

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