¿Le pasa a usted como al anuncio, que cuando haces pop, ya no hay stop?Pues sí. Pop es un movimiento que está muy de actualidad, es muy alegre y comprensible. Es un momento para mucho pop.

En la música la palabra pop se asocia a canciones divertidas, pero muchas veces efímeras. ¿Cómo es en el arte?En el arte lo que se ha visto es que es un movimiento de los años sesenta que sigue vigente. Y cada vez más. El pop no está pasado de moda, quizá le falta estudio y profundización, pero sigue tan actual como en su nacimiento.

¿Cómo alcanzó el éxito masivo un movimiento que se basaba en cómics o publicidad?
Precisamente por eso, por su capacidad de tomar sus imágenes de los medios de masas. Frente al expresionismo abstracto, es mucho más comprensible. Las referencias son del mundo real. Las latas de sopa, las cajas de detergente, pasan de la estantería del supermercado, donde las encontramos habitualmente, al museo. Cualquier elemento de la vida cotidiana comienza a ser un elemento de arte. Y por eso alcanza tanta difusión.

Y ¿qué me dice de las millonadas que se pagan por un dibujo de una lata de sopa? ¿Lo entiende?Lo entiendo perfectamente. Son los bodegones contemporáneos. Nadie cuestiona por qué un bodegón de Arellano alcanza unas grandes cotizaciones y estos son los bodegones del siglo XX.

Usted que organiza muestras, ¿cómo llega a que le presten obras de Andy Warhol o de Keith Haring?Dando todas las garantías de seguridad, de conservación. Y mostrando que el proyecto para el que se prestan tiene entidad y hay una justificación.

Una curiosidad. ¿Cómo se realiza el transporte de cuadros tan famosos? ¿Es como en las películas, con seguridad, cámaras acorazadas y con una temperatura determinada?Sí, hay unas magníficas empresas especializadas en estos transportes, se fabrican unos embalajes especiales para cada una de las obras. Y por supuesto con todos los materiales que garantizan una conservación, temperatura, humedad, materiales antigolpes… A partir de ahí se transportan en unos camiones especiales, siempre localizados y, dependiendo de la pieza, además viajan con seguridad adicional por ley.   

Y ¿es Madrid una ciudad pop?Sí, Madrid es una ciudad muy pop y de hecho en la propia exposición se puede ver, está representado Javier Porto, uno de los representantes de la movida madrileña. Y Warhol vino a Madrid. Y tuvo relación con la alta sociedad española.

Nosotros las disfrutamos y las visitamos, pero ¿cuánto tiempo puede tardarse en organizar una exposición así?
Se tarda muchísimo. Primero hay que construir un discurso, luego escoger las obras y, después, conseguirlas. Cuando se tiene esa parte completada ya surgen las dificultades normales, pero ya va todo rodado.

Y ¿cómo se construye ese discurso? ¿Piensa en unas obras en concreto?No, pienso qué quiero contar. En la exposición de ‘The pop art culture’ quería contar cómo el arte pop responde a un cambio en la sociedad. Nace en Europa y su alcance mayor lo toma en EEUU y eso responde a un hecho social: ha terminado la guerra mundial, han salido victoriosos, hay un ambiente de optimismo, se empieza a desarrollar una clase media, un desarrollo del capitalismo y de los medios de comunicación. Y esta nueva clase social demanda un arte para ellos. El expresionismo abstracto les resulta elitista, incomprensible, y el arte pop es el de la mayor difusión, el del objeto cotidiano, para este nuevo público. 

Pero es consciente de que hay quien considera ‘más arte’ Goya y Velázquez que Basquiat o Koons.Sí, pero para apreciar el arte contemporáneo hay que conocerlo y profundizar en él. Hoy nos parece el arte impresionista una de las mayores maravillas. Entendemos perfectamente las obras de El Greco. Pero él nunca fue comprendido. Ni tampoco Van Gogh. Hubo de pasar mucho tiempo hasta que estos artistas llegaron al gran público. 

La palabra comisario se relaciona con alguien de orden y mando. ¿Es así también en el mundo artístico?¡No! Bueno… un poco. A mí me gusta más la palabra inglesa, que es ‘curator’, o sea, curador, cuidador. Puede que nuestra función esté al 50% entre ambas cosas: cuidador… y comisario.

Ha comisionado exhibiciones tanto de Goya como de Pablo Serrano, de escultura y de pintura. ¿En qué se basa para decidir implicarse en una u otra muestra?En mis conocimientos y en mi gusto. Procuro que cuando abordo un nuevo tema sea un interés y a la vez un reto, para entrar en él con profundidad, con gusto y, a partir de ahí, traducirlo para que llegue al gran público. 

Algunos de sus trabajos se han podido ver en Argentina, Portugal, China o Jordania. A la hora de seleccionar determinadas obras, ¿tiene en cuenta también el lugar y los visitantes que recibirá?Sin duda. Hay determinados temas que no se pueden mostrar en algunos países. Cuando se va a presentar una obra en un determinado país siempre se intenta mostrar piezas más cercanas a la cultura de ese país para que sean más fácilmente interpretables por ese público.

Usted también es crítica de arte…Sí, pero ejerzo poco.

¿Cómo lleva cuando le toca leer críticas de sus muestras?
Habitualmente tienen buenas críticas, así que no me quejo (risas).

¿Qué considera Lola Durán arte?Con esa pregunta podríamos estar días. Para mí el arte es emoción. Pero no toda emoción es arte. El arte necesita un contexto, un aura. Si nos vamos a la concepción clásica, sería equilibrio, verdad y belleza. Y en el fondo, casi siempre vuelvo a esa concepción.