La llamada taxonomía verde ha sido aprobada por el Parlamento Europeo este miércoles, cuya propuesta es incluir el gas y la energía nuclear dentro de la lista de actividades económicas ambientalmente sostenibles.

Con 278 votos a favor, 238 en contra y 33 abstenciones no prosperó la objeción a las futuras reglas de la llamada taxonomía.

La Eurocámara debía decir este miércoles si estas dos fuentes pueden tener la consideración de renovables en medio de un contexto muy distinto al que había cuando Bruselas dio el visto bueno el pasado 2 de febrero, tres semanas antes de que Rusia invadiese Ucrania.

El Consejo de la Unión Europea, que representa a los Estados miembros y es el otro colegislador en la región, aún puede rechazar el enfoque del Ejecutivo comunitario si antes de la medianoche de 11 de julio se oponen el 72% de los países (20 de 27) y estos representan al menos al 65% de la población del bloque (unos 290 millones de personas).

En caso de que la Consejo no objete, quedará aprobada la clasificación diseñada por la Comisión para orientar las inversiones futuras que considera "sostenibles" las centrales nucleares con permiso de construcción antes de 2045 y las plantas de gas que emitan menos de 270 gramos de CO2 por kilovatio hora hasta 2031 o menos de 100 gramos en el conjunto de su vida útil.

De acuerdo con fuentes europeas consultadas por Agencia EFE, al parecer no se estaría conformado una mayoría entre los países para bloquear la propuesta, que rechazan países como España, Austria, Luxemburgo o Dinamarca pero que resulta cómoda para Francia, Alemania y muchos países del norte y del este de la UE.

¿De qué trata la propuesta?

La taxonomía verde busca acelerar la descarbonización con el apoyo de fuentes que generen menores emisiones o sin emisiones (gas), pero que dejan residuos muy problemáticos (energía nuclear). La iniciativa ha sido condenada por los opositores que argumentan que considerar limpias estas dos fuentes podría frenar el avance de otras totalmente renovables, que optarán a menos ayudas e inversiones por competir con estas.

En el debate previo a la votación en el Parlamento Europeo, celebrado el martes, la comisaria europea de Servicios Financieros, Mairead McGuinness, apeló al "pragmatismo y realismo" de la cámara porque "hay países que van a necesitar el gas en una fase de transición".

"Nuestra taxonomía apunta a las renovables como prioridad. Pero también hay que ser realistas: hay que aceptar que vamos a tener que invertir en gas y nuclear en una fase transitoria", dijo.

El gas libera CO2, pero menos que otros hidrocarburos como el carbón, muchos lo consideran imprescindible para la transición de la UE hacia una economía descarbonizada en 2050. La energía nuclear genera inquietud en materia de seguridad o de gestión de residuos radiactivos, pero apenas emite dióxido de carbono.