La asediada ciudad de Lisichansk, en el este de Ucrania está "prácticamente destruida" por los ataques del ejército de Rusia. Este es el último enclave que podría permitir a los rusos hacerse con el control de la región de Lugansk.

“Uno difícilmente puede encontrar un lugar seguro en la ciudad. La gente sueña con tener al menos 30 minutos de silencio, pero los ocupantes rusos no se detienen, disparando con todo tipo de armas", ha asegurado este jueves el jefe de la Administración Militar Regional de Lugansk, Serhii Haidai, en su cuenta de Facebook.

El responsable militar ha indicado que este miércoles "el enemigo lanzó muchos ataques aéreos sobre la ciudad. Mucha destrucción. Los ataques aéreos se lanzaron sobre la refinería de petróleo y cerca de Vovchoiarivka. El edificio del departamento de policía quedó completamente destruido”.

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Haidai ha precisado que la cantidad de casas dañadas es innumerables. "Una mujer fue encontrada muerta en un sótano, mientras los rescatistas extinguían el fuego en una de esas casas", ha agregado.

"Los grupos de sabotaje de Rusia intentan continuamente entrar en la ciudad. Ayer (este miércoles), uno de esos grupos fue neutralizado cerca de Verkhniokamianka", a las afueras de Lisichansk, ha puntualizado.

Rusia no se rinde en su intento por controlar el Donbás

El responsable militar ha afirmado que las tropas rusas continúan su persistente intento en rodear la ciudad y cortar sus accesos bloqueando y destruyendo todas las infraestructuras de la zona.

Las regiones de Lugansk y Donetsk, que forman el Donbás, fronterizo con Rusia, siguen centrando los ataques de las tropas rusas en su intento de unir este territorio con el sur ucraniano que ya controlan.

Y en Lugansk y, después de que los rusos se hicieran con el enclave estratégico de Severodonetsk, tratan de controlar la vecina Lisichansk, el último enclave importante aún con presencia de soldados ucranianos.