Una exasesora de la Casa Blanca declara que Trump intentó sumarse al asalto del Capitolio: "Trató de agarrar el volante de su limusina"

Importantes novedades sobre el asalto al Capitolio en Estados Unidos en enero del año pasado. Hemos podido conocer que Donald Trump quiso unirse a aquella invasión. Así lo ha asegurado Cassidy Hutchinson, una exasesora de la Casa Blanca.
Cassidy Hutchinson, una exasesora de la Casa Blanca.
Importantes novedades sobre el asalto al Capitolio en Estados Unidos en enero del año pasado. Hemos podido conocer que Donald Trump quiso unirse a aquella invasión. Así lo ha asegurado Cassidy Hutchinson, una exasesora de la Casa Blanca.
Cassidy Hutchinson, una exasesora de la Casa Blanca.
Atlas

El anterior presidente de EE UU Donald Trump (2017-2021) y los miembros más cercanos de su equipo eran conscientes de que existía riesgo de violencia por parte de sus seguidores en la jornada del 6 de enero de 2021, en la que se debía ratificar el resultado de las elecciones de noviembre de 2020, en las que venció el actual mandatario, Joe Biden, y aun así siguieron con sus planes.

Cassidy Hutchinson, una ayudante del entonces jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, testificó este martes ante el comité de la Cámara Baja de EE UU que investiga el asalto al Capitolio de ese día, y ofreció detalles del grado de conocimiento que Trump y su equipo tenían de las posibilidades de violencia.

Según el relato de Hutchinson, el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, le aseguró unos días antes del 6 de enero que esa fecha iba a ser "grande", mientras que su jefe, Meadows, la confesó que las cosas podían ir "muy, muy mal" en esa jornada.

El mismo 6 de enero, Trump pronunció un discurso desde los alrededores de la Casa Blanca ante sus seguidores, a los que animó a que marcharan hacia el Capitolio, en medio de sus denuncias infundadas de fraude electoral.

De acuerdo con la versión de Hutchinson, el expresidente fue alertado ahí mismo de que varias de las personas que querían asistir a presenciar su discurso portaban armas de fuego, a lo que él respondió: "No han venido aquí a hacerme daño a mí".

Así, enojado porque no había tantos asistentes como él deseaba, Trump ordenó a los servicios de seguridad que dejasen entrar a todos los presentes, sin importar si llevaban armas. Como cuenta la exasesora, "cuando estábamos en la carpa de anuncios fuera del escenario, yo era parte de una conversación. Estaba cerca de una conversación en la que escuché al presidente decir algo como: 'No me importa una mierda que tengan armas. No están aquí para lastimarme'".

Poco después, cientos de sus simpatizantes irrumpieron en la sede del Congreso mientras se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras para ratificar la victoria electoral de Biden. Un total de cinco personas fallecieron en esos sucesos, entre ellas un agente que sufrió un infarto horas después del asalto.

"Soy el maldito presidente, llévenme al capitolio ahora"

La exayudante de Meadows también explicó que en las horas previas al discurso de Trump, varios de sus abogados intentaron rebajar el tono de sus palabras para evitar que se usasen términos como "luchar", pero no lograron resultados.

Al terminar la concentración en las afueras de la Casa Blanca, y cuando miles de sus seguidores se dirigían hacía el Capitolio, Trump pidió al conductor de su limusina dirigirse junto a ellos a la sede del Congreso. En palabras de Cassidy Hutchinson, "el presidente dijo algo como 'soy el maldito presidente, llévenme al capitolio ahora'", pero el conductor se negó. 

Según Hutchinson, que no estaba en la limusina, el ayudante del jefe de gabinete, Tony Ornato, le contó cómo "el presidente se estiró hacia la parte delantera del vehículo para agarrar el volante. El señor Engel lo agarró del brazo y dijo 'señor, tiene que quitar la mano del volante, vamos a volver al ala oeste, no vamos al capitolio'".

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