La cumbre de la OTAN tiene tal dimensión que ha paralizado Madrid por completo para los próximos dos días. La ciudad se vuelca con un encuentro de naturaleza histórica dado el contexto, con la invasión rusa de Ucrania, la aprobación del nuevo concepto estratégico o la bienvenida a Finlandia y Suecia como futuros nuevos miembros después de que Turquía levantara su veto. El acuerdo, de hecho, se firmó pocas horas antes del arranque oficial del cónclave.

El despliegue es especial. Hay cerca de 2.000 periodistas acreditados, que tienen habilitada en Ifema una sala kilométrica. Los espacios de la cumbre estaban preparados tratando de cumplir en la medida de lo posible con la prevención por la Covid, ante la posibilidad de que pudieran surgir nuevas olas del virus. Así, el recinto de Feria de Madrid está dedicado enteramente de una forma u otra a la reunión.

Además, los accesos a la zona están cortados y solo se puede acceder a ella a través de autobuses que trasladan a periodistas, equipos y personal de la cumbre. Solo los líderes pueden alcanzar, evidentemente, la puerta principal en los vehículos oficiales. 

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La seguridad es máxima. Hay unos 10.000 agentes en la capital española, que controlan desde la salida de los autobuses mencionados hasta todos los accesos a Ifema. Asimismo, las delegaciones de los líderes tienen un 'parking' en la plaza Mayor, como ya se vio este mismo martes durante la cena ofrecida por los reyes en el Palacio Real.

También está muy marcado el protocolo de llegada. El martes fue Pedro Sánchez quien recibió al secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, para entregarle las llaves de la cumbre. A la llegada del político noruego fue el presidente del Gobierno quien, como anfitrión de la reunión, le dio la bienvenida. Este miércoles ha sido al revés: Stoltenberg fue el primero en llegar a Ifema, para que después lo hiciera el jefe del Ejecutivo español, en su caso acompañado del ministro de Exteriores, José Manuel Albares. La 'delegación' cuenta también con la titular de Defensa, Margarita Robles.