Muchos de los catalanes que han decidido coger el coche para ir a pasar la verbena de Sant Joan fuera de su lugar de residencia están viviendo un calvario este jueves. Las carreteras de alta capacidad de Cataluña registraban a las 18 horas más de 60 kilómetros de retenciones, en el marco de la operación salida. Ha informado de ello el Servicio Catalán de Tráfico (SCT).

El atasco mayor se situaba en la AP-7, autopista que ha experimentado un aumento de circulación del 40% desde que ha dejado de ser de pago. A las seis de la tarde de este jueves registraba 15 kilómetros de circulación con congestión en Martorell en sentido sur, 11 en Granollers en sentido norte y 10 en Llinars del Vallès también en sentido norte. 

El otro foco de congestión era la A-2, que presentaba 21 kilómetros de retenciones en Castellbisbal en sentido este.

Otros lugares donde había abundantes colas eran la B-20 en Montgat, la B-23 en el Papiol o a la B-24 en Vallirana, entre otros.

Según el Servicio Catalán del Tráfico, a las 16 horas la Ronda Litoral presentaba 11 kilómetros de circulación densa con alguna retención en dirección Nus de la Trinitat. Y la situación era similar en la Ronda de Dalt en la misma dirección, donde había 10 kilómetros de retenciones.

Las mismas fuentes han explicado que entre las 15 y las 18 horas de este jueves han salido del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) 104.728 vehículos.

Esta cifra representa un 15% menos respecto al día equivalente de 2016, que es cuando se produjeron factores de retención altos ya que también fue jueves y hubo un fin de semana de tres días.

450.000 vehículos saldrán del área de Barcelona

Se calcula que abandonarán Barcelona y su área de influencia en la operación salida, que arranca este jueves a las 15 horas hasta el viernes a la misma hora, unos 450.000 vehículos que mayoritariamente se desplazarán a áreas de costa, y este puente será especialmente intenso en cuanto a movilidad de tráfico, ha destacado el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena. Regresarán el próximo domingo a la conurbación de Barcelona unos 260.000 coches.

Un dispositivo "muy potente", de hecho, el más importante de la historia por la verbena en Cataluña, con más de un millar de agentes de los Mossos, velará por el buen desarrollo de la operación.

Se han instalado en la autopista AP-7 dos grúas donde estaban los peajes de La Roca del Vallès y Martorell (Barcelona) para poder retirar vehículos con rapidez en caso de accidente y, en esa zona, este viernes por la tarde habrá zonas de descanso para los conductores de camiones.

Este jueves se ha limitado la circulación de los camiones en la AP-7 en esta misma zona entre las 15 y las 21 horas: están obligados a circular por la derecha y a un máximo a 80 kilómetros por hora, y el domingo no podrán circular de 17 a 22 horas.

Asimismo, el domingo establecerán 100 kilómetros de carriles adicionales entre la AP-7 y la C-32, y se instalarán paneles informativos para avisar de la situación de intensidad de la circulación para que los conductores puedan optar por circular por otra vía.

Además, tanto en la operación salida de este jueves como en la retorno del domingo se habilitarán más medidas especiales relativas al tráfico en la C-31, C-65 y GI-662 en la Costa Brava (Girona); en la N-II en Tordera (Barcelona); en la N-340 en El Vendrell (Tarragona); em la C-14/N-420 en Montblanc (Tarragona) y en el carril bus-VAO de la C-58, que se abrirá a todos los vehículos (excepto camiones).

Los Mossos realizarán 1.031 controles de alcohol y drogas (308); velocidad (147) y dirigidos a distracciones al volante (200); a seguridad pasiva (160); a motocicletas (141) o vehículos de transporte (75), entre otros, con la participación de 1.337 efectivos. Trànsit desplegará a su vez un avión bimotor y dos helicópteros para el control y vigilancia de las carreteras.