Actriz, argentina e igual de enamorada de Madrid: así es Micaela Breque, la esposa de James Rhodes

La actriz Micaela Breque, en 2019.
La actriz Micaela Breque, en 2019.
Victor J Blanco / GTRES
La actriz Micaela Breque, en 2019.

Tan sencillo, tan cotidiano, tan anticlimático como un comentario en Instagram. No parece, per se, la mejor historia para contar cuando las amistades preguntan aquello de 'Bueno, ¿y cómo os conocisteis?'. Y sin embargo, varios años después, nadie puede decir que aquel comentario fuese sencillo, cotidiano o anticlimático, sino el germen de una historia de amor que, aún con pandemia de por medio y sin estar ninguno de los dos en sus países de origen, ha acabado con James Rhodes y Micaela Breque pasando por el altar en 2021, aunque celebrándolo a finales de mayo de este mismo 2022.

Es bien sabido que parte de la fama del pianista hispanobritánico se debe no solo a su calidad musical (y a su activismo en Twitter resaltando las virtudes de nuestro país) sino a Instrumental: Memorias de música, medicina y locura, su libro autobiográfico en el que narra los abusos sexuales de los que fue víctima cuando era pequeño y que le llevaron a cinco intentos de suicidio y a todo un mundo de adicciones. Tal fue el éxito que uno de los ejemplares cayó en manos de Micaela.

"Él es un amor. Yo leí su libro y quedé muy conmovida. Así que le puse un comentario en Instagram sin ningún interés. Solo para agradecerle la valentía de contar eso. Me pareció heroico. Me contestó y con el tiempo fuimos hablando más y un día fue a Madrid a un concierto y así empezamos", reveló esta argentina de 33 años, 14 años menor que él, que tiene 47, en un reportaje del periódico Clarín. Si a eso se le suma el natural romanticismo del músico, como ha dejado caer en alguna entrevista, la chispa era la adecuada. 

Era 2017. Ambos venían, además, con una prehistoria amorosa que les había dado mucha experiencia pero igual cantidad de desengaño. En el caso de Rhodes, dos matrimonios fallidos: la segunda de ellas, con quien contrajo matrimonio en 2014, fue Hattie Chamberlin, con quien estuvo cerca de 24 meses como marido y mujer; de la primera poco se sabe, más allá de que es la madre de su único hijo (quien ya es mayor de edad) y con la que tuvo un largo juicio dado que se negaba a la publicación del libro del músico por los daños que le podría provocar a su retoño.

Por su parte, Micaela, o Mica, como la llaman cariñosamente quienes mejor la conocen, no era demasiado conocida en España, pero sí en su Argentina natal, donde tras estudiar teatro en la escuela del prestigioso Juan Carlos Corazza, participó en varias películas de corte independiente (Palmera, Bohemia, Resentimental o su más conocida interpretación, en la cinta Pescadores, de Marcos Quintana, gracias a la cual se alzó con el premio a la mejor actriz en el Paraná Internacional Films Festival).

Sin embargo, tenía una presencia más o menos notable en el papel couché. ¿La razón? Su relación con otro músico, en este caso de su país, pero también afincado en el nuestro: Andrés Calamaro. Breque y el cantante de Los Rodríguez, cuya diferencia de edad era de 28 años (mucho más de la edad de ella cuando comenzaron a salir, 21, por 49 de él), estuvieron juntos 7 años, con boda en secreto en Las Vegas incluida, y con el traslado de la actriz a Madrid, ciudad de la que se enamoró.

"Las relaciones humanas, tranquilas o no, son complejas. Con Andrés todo bien, es una historia que terminó y él sabe, además se lo dije, que le deseo lo mejor de todo corazón. Es un gran tipo y un gran artista. Compartimos tantos años y no podría quedarme con rencores. Al final siempre voy donde me siento nutrida, en todos los aspectos de la vida", aseguró sobre su ruptura a Clarín.

Sin embargo, el haber estado con el autor de éxitos como Flaca o Sin documentos le ha dado algún que otro quebradero de cabeza, sobre todo por cierta cultura sexista de no tomar en cuenta que ella es alguien más allá de a quién ame o con quien haya estado. De ahí que explotara cuando varios portales argentinos, por su boda con Rhodes, se referían a ella como "la ex de Andrés Calamaro", algo que le sacó de sus casillas cuando más estaba disfrutando de su reciente unión con el pianista.

"Tengo que confesar que durante años creí que ser mencionada como accesorio era inofensivo. Creo que me lo repitieron tanto que me lo terminé creyendo. Pasó el tiempo y por suerte, mejor tarde que nunca, me di cuenta de que ninguna persona debería aceptarlo ya que todos llegamos a este mundo con un nombre propio que nos dan nuestros padres para atravesar la aventura de estar vivos y vivir las experiencias que nos toquen. Con este tipo de menciones se evidencia la falta de evolución, en mi opinión, de muchos de ustedes. Si mi nombre propio no basta para ser mencionada en una publicación, entonces simplemente no me mencionen porque no lo estoy pidiendo y no existe pacto alguno que haya aceptado para ser mencionada en estos términos", argumentó en su Instagram.

"Ensayé y crecí sin descanso entre textos dramáticos y actores. Decidí accionar hacia la dirección que tanto deseaba. Lo conseguí. Me formé íntegramente en arte dramático y fue una de las mejores decisiones que tomé. La vida siguió adelante y hoy me encuentra recién casada junto al hombre de mi vida. La idea de evitar la confrontación con la ilusión de que este tipo de asuntos no escalen fue lo que me mantuvo en silencio a lo largo de los últimos años, pero ya está. A ver si las cosas se colocan en su sitio de una vez y vivimos todos en paz siendo más conscientes de estas cosas", finalizó.

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