Con un pie en España y el otro en Bélgica, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha adaptado este miércoles a una agenda ajetreada. Y no solo lo ha hecho atendiendo a todos sus compromisos, sino también prestando atención al vestuario que ha escogido para cada uno de ellos.
El jefe del Ejecutivo se ha dejado ver a lo largo del día con tres conjuntos adaptados para cada ocasión. Por la mañana ha asistido al pleno del Congreso de los Diputados, en Madrid, después se ha desplazado hasta Otero de Bodas, en Zamora, y, finalmente, por la tarde se ha reunido en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Para la sesión de control el líder del PSOE se ha decantado por uno de sus vestuarios estrella. Se trata del traje chaqueta azul prusia que suele lucir en muchas de sus apariciones desde el año 2014. Conformado dos piezas, lo suele combinar con una camisa de color azul claro y una corbata roja.
No llama tanto la atención verlo con este outfit como las prendas seleccionadas para su breve paso por Zamora, donde Sánchez ha visitado las zonas afectadas por el incendio en la Sierra de la Culebra. Allí ha ofrecido una declaración institucional ante los medios de comunicación.
El presidente del Gobierno ha llegado al Ayuntamiento de la localidad zamorana enfundado en unos cómodos pantalones vaqueros, zapatillas y una camisa verde que ya llevó el pasado 28 de mayo en Dos Hermanas, en Sevilla, para tratar de impulsar al candidato socialista Juan Espadas a la Presidencia de la Junta de Andalucía. El corte y el color de la camisa la convierten en una prenda elegante que, al mismo tiempo, aporta un toque informal al conjunto.
Sin embargo, Sánchez se ha visto obligado a cambiarse de nuevo para su encuentro con von der Leyen a las 17.00 horas. A continuación ha ofrecido una declaración institucional y se ha reunido con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, con la que ha acudido al nombramiento del edificio Clara Campoamor. Citas en las que ha lucido un traje chaqueta distinto al que había llevado unas horas atrás.
Sánchez ha elegido una camisa azul, pero la ha conjuntado con un traje de color azul marino -de unos tonos más oscuros que el anterior- y una corbata estampada con pequeños dibujos en tono granate. Un último vestuario con el que cerrará una jornada intensa, marcada por cientos de kilómetros y para la que ha intentado presentarse de punto en blanco.
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