Irene Navarro Presidenta de AMMDE (Asociación Multisectorial de Mujeres Directivas y Empresarias)
OPINIÓN

Andalucía y Amalia

Amalia Heredia Livermore, retrato al óleo de la colección Marqueses de Casa-Loring.
Amalia Heredia Livermore, retrato al óleo de la colección Marqueses de Casa-Loring.
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Amalia Heredia Livermore, retrato al óleo de la colección Marqueses de Casa-Loring.

Andalucía es una tierra de gente generosa, no son solo simpática; son personas elegantes de espíritu, que saben reírse del mundo y de sí mismas, con un sentido de la estética acusado y, sobre todo, que buscan hacerte la vida agradable.

Esto es algo en lo que hay que insistir continuamente; lo obvio, dicen, ha de ser repetido. Pues bien, toca ponderar unas cualidades que no siempre son destacadas pero que hacen de Andalucía el mejor lugar para vivir, para visitar, para trabajar y para acoger cualquier proyecto empresarial que rezume ilusión, esperanza y... algo más. Este algo más ha de ser tenido en cuenta para todo aquel que quiera invertir y emprender en Andalucía, y es la visión optimista y positiva de la vida y de lo que realmente importa que tienen en esa tierra; actuar para conseguir no solo resultados, sino que esos resultados nos valgan para sentirnos bien y hacer un mundo mejor.

Un buen ejemplo es una mujer nacida en 1830, precursora, referente, con iniciativa, adelantada a su tiempo y, por supuesto, generosa. La malagueña Amalia Heredia Livermore fue emprendedora, mecenas, coleccionista, investigadora, filántropa y promotora de las artes y de la cultura en España.

Amalia podríamos decir, en terminología actual, que era una influencer, una mujer influyente a la que se le da credibilidad y tiene ascendiente sobre otros que la siguen y valoran su opinión. Amalia tuvo la posibilidad de acceder a la toma de decisiones para conseguir mejorar, construyendo.

Amalia tuvo la posibilidad de acceder a la toma de decisiones para conseguir mejorar, construyendo

A este sentido finalista y optimista de Amalia hay que añadir que, en los proyectos que ella participó o lideró, todo giraba, con sensibilidad y sensatez, en torno a una visión estratégica de largo plazo, en la que priorizaba y se focalizaba para conseguir un objetivo concreto siempre con una base y un interés social.

Con el apoyo y la admiración de su marido Jorge Loring transformó el jardín de su residencia de La Concepción en el actual jardín botánico de Málaga; participó en la colocación de la primera piedra del Hospital civil de esta ciudad, fue fundadora de la Real Sociedad Española de Historia Natural y tras la adquisición de las tablas de Lex Flavia Malacitana colaboró en el inicio de una colección arqueológica que dio lugar al museo loringiano, hoy con sede en el Museo local de su ciudad

Con una ideología monárquico-liberal ella y su marido tuvieron intervención en la restauración borbónica de Cánovas del Castillo, pariente lejano de Amalia, al que apoyaron y siguieron en su camino político, también desde un marcado sesgo social. Daba su tiempo y se dedicaba a los demás con la generosidad andaluza y con la sensibilidad de una mujer que quería y sentía a su ciudad, Málaga; a su tierra, Andalucía; y a su país, España, con pasión, empuje y con una visión empresarial que la llevaron a conseguir unos objetivos y unos resultados de los que todavía hoy se podría sentir orgullosa. 

Merece reconocimiento y recuerdo, yo desde aquí lo quiero hacer y le agradezco también que fundara el colegio de La Asunción en el que estudié y me formé con una enseñanza liberal, con ese carácter social y ese sentido alegre y generoso de mi querida Andalucía.

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