Termina la primera semana del juicio por el crimen de Marta Calvo: las víctimas coinciden en el 'modus operandi' del agresor

L'acusat de l'assassinat de Marta Calvo i de dos joves més en el juí.
L'acusat de l'assassinat de Marta Calvo i de dos joves més en el juí.
Rober Solsona - Europa Press
L'acusat de l'assassinat de Marta Calvo i de dos joves més en el juí.

Jorge Ignacio Palma, autor confeso de la desaparición de Marta Calvo, a la que descuartizó tras fallecer esta en su domicilio, ha asistido durante esta semana las cinco primeras sesiones de un juicio en el que se enfrenta a una pena de 130 años de cárcel. Durante ellas, el hombre de 40 años acusado también de los asesinatos de Arliene Ramos, Lady Marcela Vargas  y de otros ocho homicidios en grado de tentativa, ha escuchado a las primeras víctimas que han denunciado haber sido agredidas por él con cocaína adulterada.

Las versiones de las víctimas coinciden

La sesión del martes, segunda del proceso, arrancó con los primeros testimonios de mujeres que sufrieron en sus carnes los métodos del autor confeso de la desaparición de Marta Calvo. La primera víctima, una mujer que aseguró haber trabajado como prostituta, declaró -tras un biombo para no mantener contacto visual con el acusado- el encuentro que mantuvieron en una casa de citas de Valencia en 2018.

Me dijeron que cinco minutos más y hubiese muerto

"Me propuso hacerme un masaje con aceite, le vi que llevaba la mano cerrada... a medida que iban pasando los minutos me sentía el corazón rápido, sudores fríos... Después me pidió hacer el 69 y ahí fue cuando me introdujo droga en las partes íntimas, la vagina y el ano", señaló aportando pruebas que confirmarían el modus operandi del supuesto agresor sexual. Posteriormente, relató su escapatoria tras enfrentarse al acusado y el detalle que le salvó la vida: "Me cambié como pude y me fui al hospital. Allí me desmayé, luego me dijeron que cinco minutos más y hubiese muerto", finalizó la primera superviviente.

 "Me cambié como pude y me fui al hospital. Allí me desmayé, luego me dijeron que cinco minutos más y hubiese muerto", finalizó la primera superviviente.

Esta primera descripción sobre las prácticas de Jorge Ignacio Palma coincidió con el relato de la presunta víctima más joven, que narró en la sesión del miércoles un encuentro producido en 2018, cuando ella tenía tan solo 18 años. Se conocieron cuando el acusado contactó con ella a través de una página web en la que ofrecía sus servicios, de una manera similar a la que conoció a Marta Calvo.

Accedí a tomarme la última droga porque estaba siendo muy pesado

Tal y como relató esta segunda víctima, Jorge Ignacio le ofreció una "fiesta blanca" en su casa, donde la forzó a consumir cocaína. "Accedí a tomarme la última droga porque estaba siendo muy pesado y para ver si se callaba. Ya no recuerdo nada más", indicó dando más detalles: "Me desperté y él estaba encima de mí dándome bofetadas en la cara. Me levanté de la cama y cuando iba a ponerme de pie me caí porque no me funcionaban las piernas. Él me levantó, me cogió medio en brazos y me llevó hasta el baño, donde me duchó".

Una compañera de Arliene confirmó su 'modus operandi'

La confirmación definitiva de los métodos de Jorge Ignacio durante estas "fiestas blancas" fue constatada por la versión de una tercera testigo el pasado jueves, en este caso una compañera de piso de la primera víctima mortal, Airlene Ramos.  La amiga de Airlene relató los hechos ocurridos el 25 de marzo de 2019, apenas unos meses antes de la desaparición de Marta Calvo.  

Ese día, el acusado acudió a una amplia casa que compartían un grupo de trabajadoras sexuales buscando chicas para una de sus "fiestas blancas". A ello se prestó Airlene, que moriría al final de la cita, una hora después. Su compañera, testigo de los hechos, señaló que le sorprendió que el Jorge Ignacio abandonara el inmueble de manera apresurada. Lo próximo que vio fue a su amiga tumbada en la cama con el clítoris "muy inflamado". 

"Nunca pudo hablar. Le preguntaba qué le había hecho, pero no podía hablar. Estaba convulsionando sin poder hablar", apuntó antes de aclarar la prueba que encontró en su cuarto: "Al volver a la habitación vimos que había una copa en la mesa y cocaína", detalló.

Los médicos sospecharon tras la muerte de Airlene

Tras esta declaración, otro testigo, uno de los médicos que atendió en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a Airlene, afirmó en la sala que sacaron sangre a la víctima mientras permanecía en coma y la mandaron custodiar porque sospechaban de "algo violento y anormal"

Durante su turno, explicó que la víctima había sufrido una crisis epiléptica y concretó que la misma se debía a unas convulsiones que no tienen por qué deberse a que la chica sufriera epilepsia. "Se pueden dar convulsiones y se describen como crisis epiléptica, pero no porque tenga epilepsia", narró. 

También añadió que se desconocían antecedentes patológicos de la víctima y que en este caso en concreto decidieron guardar unas analíticas de sangre de la paciente por si las reclamaba el juzgado por dos motivos: porque la chica estaba en coma profundo y no era capaz de contar qué había pasado; y porque sospechaban que había algo "violento o anormal" en la situación.

Cocaína adulterada "apelmazada" en piedras

Por otra parte, la investigación avanza tras la pista aportada por dos peritos del Instituto de Medicina Legal de Valencia, que durante la sesión del martes plantearon una serie de dudas sobre los efectos de la cocaína suministrada por Jorge Ignacio en las víctimas. Estos certificaron la posibilidad de que grandes cantidades de cocaína deriven en los síntomas descritos por las víctimas, pero no terminan de entender al completo las reacciones de las víctimas ni la sustancia con la que la cocaína se presentaba en forma de piedras.

"No nos cuadra la reacción que tienen la mayoría de las víctimas, porque no había esa fase inicial de estimulación o exaltación [que provoca la cocaína], sino lo contrario, de pérdida de consciencia", relató uno de ellos durante su turno de declaraciones, tal y como recogió el diario Levante. Esta es una de las pistas que más incertidumbre genera sobre la sustancia a la que no han podido tener acceso los peritos, así como la sustancia, también desconocida, con la que se "apelmazaban" estas piedras.

La desaparición de Marta motivó las denuncias

Durante las sesiones del martes y del miércoles, las primeras supervivientes en declarar dieron detalles sobre el momento en el que llevaron a cabo sus denuncias, en diciembre de 2019, un mes después de la desaparición de Marta Calvo. 

"Es un monstruo, le denuncié para que no matara más", señaló durante el juicio la primera de las víctimas, que acudió a una comisaría cuando vio a Jorge Ignacio Palma en los periódicos y en la televisión. Algo parecido ocurrió a la segunda de las víctimas, la más joven, que aseguró que contó parte de lo sucedido a sus padres y que fueron estos, al ver en la televisión las informaciones sobre la desaparición de Marta Calvo, quienes le pusieron en alerta. Posteriormente, comprobó su identidad y acudió a la Guardia Civil a denunciarle.

Así lo confirmó, también en la sala, el jefe del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia: "Reconocieron al acusado por sus fotos [publicadas en los medios de comunicación] o la fachada de la casa que tenía en Manuel [un pueblo del interior de Valencia]. Todas han referido el mismo patrón, un contacto por Whatsapp, el deseo de una 'fiesta blanca', una gran cantidad de cocaína, mucha insistencia en el consumo, introducción de droga en la vagina y el ano, estados de somnolencia e incluso pérdida de conciencia".

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