La cita entre Noelia y Borja este lunes en First dates fue de lo más peculiar. Entre que ella afirmó que le gustaban los chicos raritos y que a él le suelen confundir con un cura, transcurrió su velada.

La primera en llegar fue la madrileña: "Soy bisexual y me suelen gustar los raritos, los que al verlos pienso: Es divertido, pero algo le pasa. Soy consciente de que elijo muy mal y soy un poco masoca”, admitió.

A continuación llegó al restaurante de Cuatro el pontevedrés y su visión pesimista de los que le rodean: "La gente es lo peor, hay mucha gente mala y muy poca gente buena en el mundo".

Cuando Carlos Sobera le comentó que a su cita le gustaban los chicos raritos, Borja reconoció que con él habían dado en el clavo, pero Noelia señaló que "le he visto normalito".

Su cena comenzó con un clásico: "¿Estudias o trabajas?", le preguntó el gallego. Ella le contó que estaba estudiando porque quería ser psicóloga de cárceles, algo que le dejó impresionado.

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También comentaron sus anteriores relaciones, donde la madrileña destacó su mala suerte y admitiendo que no tenía relación alguna con sus ex.

Y es que la joven tenía clara su lista de niveles: “Comer, dormir, socializar y luego, ya, follar”. Como le gustaba tanto lo raro, le preguntó al gallego que destacaría en él que era diferente.

"Todo el mundo me confunde con un cura y aunque soy ateo, no descartaría dedicarme al sacerdocio por la tranquilidad de vida y lo respetados que son en los pueblos pequeños como el mío", confesó.

Noelia no pudo competir con eso, y le contó que "solo tengo media campanilla por un descuido del dentista. Es la historia que siempre cuento".

Al final, Borja sí que quiso tener una segunda cita con la madrileña porque "creo que me empiezan a gustar las chicas tristes". Pero Noelia no quiso volver a quedar en plan amoroso, pero sí como amigos.

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