Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Nombres con recambio

Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.
Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.
PRESIDENCIA DE TURQUÍA
Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.

A pequeños males, grandes remedios. Este es el consejo que ha asumido el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, para acabar con los chismes baratos que suscitaba a veces el nombre de del país en inglés. El nombre, con el que aparece reconocido en la ONU y otros foros internacionales, Turkey, en inglés significa pavo, lo cual siembra confusiones graciosillas que a los turcos no les gustan.

No es que tengan nada en contra de los pavos, que es un ave que despierta simpatías, pero que se confunda con el nombre del país no gusta a los turcos por muy normal que ya esté aceptada la coincidencia. Concretamente Erdogan, que es un patriota con ambiciones, no lo acepta de buen grado y aprovechando del poder omnímodo que desempeña ha decidido cambiarlo.

Como el recuerdo del precedente otomano tampoco es momento de resucitarlo, ha encontrado uno parecido que para la pronunciación internacional apenas varía. Por lo tanto, en vez de pavo, Turquía pasará a llamarse Turkuye. Conviene tomar nota y no dudar de que en español Turkuye seguirá siendo Turquía.

No es frecuente que los países se cambien de nombre de la noche a la mañana ni será fácil que la gente se acostumbre. Será cuestión de tiempo. Hay precedentes como el de Persia, que sonaba al Sha, por el de Irán que recuerda más a Jomeini. En África y Asia también se cambiaron nombres como consecuencia de la independencia. Pocos recuerdan ya que Burkina Faso se llamaba Alto Volta o el de Myanmar, que antes conocíamos como Birmania, el de Tailandia por Siam o Zimbabue por Rhodesia.

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