La UE aprueba el sexto paquete de sanciones contra Rusia, con un embargo parcial al petróleo y 'castigo' al primer banco ruso

El presidente ruso, Vladimir Putin.
El presidente ruso, Vladimir Putin.
EFE
El presidente ruso, Vladimir Putin.

Seis paquetes de sanciones en 100 días. La Unión Europea lleva desde el 24 de febrero, fecha en la que se lanzó la invasión rusa de Ucrania, trabajando contrarreloj para cercar al régimen de Vladimir Putin. De momento, ya ha dado luz verde al sexto paquete de medidas que incluye, sobre todo, el embargo parcial al petróleo ruso y la expulsión del sistema Swift del principal banco del país, Sberbank. Esta tanda ha sido la que más ha tardado en llegar, sobre todo por las reticencias de Hungría. De hecho, su primer ministro, Viktor Orbán, ha conseguido que se bloqueé solo el crudo que llega por mar pero se mantenga el suministrado a través de oleoducto.

Han sido los embajadores de los Estados miembros los que han completado los trabajos técnicos después del acuerdo alcanzado esta semana por los líderes en la cumbre del Consejo Europeo. Eso sí, Orbán se ha apuntado finalmente otro tanto al conseguir que se quedase fuera de la lista de sancionados el Patriarca Kirill, líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, muy cercano a Putin y que no ha condenado en ningún momento la invasión. Con todo, está previsto que el paquete de sanciones entre en vigor a primera hora de este viernes.

Pese a los conatos de división entre los Estados miembros, los líderes comunitarios han celebrado el nuevo paso dado en un contexto tan complejo como el actual. "De facto, el 90% de las importaciones de petróleo ruso a la UE estarán prohibidas a fines de 2022. Esto reducirá la capacidad de Rusia para financiar su guerra", escribió en las redes sociales la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El sexto paquete es una de las últimas grandes medidas previstas bajo la presidencia francesa del Consejo, que ya va tocando a su fin.

Oleoducto
Oleoducto
Carlos Gámez

El embargo al petróleo ruso, al menos a medias, y el 'castigo' al Sberbank no son las únicas sanciones contempladas en el paquete pues también se cortará la emisión de varios medios estatales rusos y se extenderá la prohibición de exportar productos químicos y de alta tecnología a Moscú. Además, la 'lista negra', que ya incluye a Putin desde los primeros días de la invasión, añadirá a altos mandos militares y de la administración y a varios nombres considerados responsables de la masacre de Bucha.

La historia de la UE con las sanciones contra Rusia en este escenario se remonta ya al 22 de febrero, antes del inicio de lo que el Kremlin lleva todos estos meses calificando como "ofensiva", con el visto bueno al primer paquete. Entonces, el Alto Representante, Josep Borrell, parecía prepararse ya para lo que se venía: "Estamos ante una grave violación por parte de Rusia y no saldrá impune", espetó. 

Desde ese momento llegaron otros cinco paquetes, aunque los más ambiciosos fueron llegando con el paso de las semanas con medidas como la congelación de los activos del Banco Central Ruso, la expulsión de entidades del sistema Swift y ya más recientemente con el bloqueo energético. El quinto paquete, de hecho, incluyó el embargo al carbón; el petróleo, en cambio, ha costado más por las demandas de Hungría, pero también de Eslovaquia y de República Checa. Es más, entre el quinto y el sexto paquete han pasado casi dos meses.

En Bruselas muchas voces creen que hay que echar el freno, no tanto porque ya no hagan falta más sanciones sino para evitar choques mayores a los que se han vivido para vetar el crudo ruso. "Tendrá que llegar tarde o temprano", sostuvo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en referencia a un posible bloqueo al gas, que sería el terreno más complicado. Pero de momento eso ni está sobre la mesa ni se le espera. El foco de la UE se sitúa ahora en una correcta implementación de las sanciones aprobadas.

Mientras, lo que sí se acelera es la integración europea en distintos frentes. Dinamarca, con respaldo cercano al 70%, ha decidido sumarse a la política de defensa común de la UE después de rechazarlo en 2022; la Brújula Estratégica de Borrell se ha convertido en una base consolidada a partir de la cual los líderes llaman a una defensa conjunta más fuerte y a más inversiones en la industria militar; nunca se habían aprobado sanciones con tanta celeridad; se activó por primera vez la cláusula de solidaridad para acoger a todos los refugiados, y la ayuda a Ucrania fluye tanto desde el punto de vista armamentístico -con envíos que no tenían precedentes- como económico. El mundo ha cambiado, y Europa con él.

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