El mercado de las casas prefabricadas no deja de crecer y cada vez es mayor la oferta de este tipo de viviendas modulares que se pueden instalar en casi cualquier sitio.

Al incrementarse la oferta, el precio de estas viviendas también ha bajado, pero para vivir en una casa prefabricada, hay que tener otros factores en cuenta que al final, hay que sumar al coste.

El portal Idealista entrevista a una propietaria llamada Clara, que es dueña de una casa hecha a partir de contenedores marítimos, y que detalla por cuánto le ha salido todo el proyecto.

"El precio final de la casa, con todos los acabados (aislamiento, ventanas y puerta, cerraduras, revestimiento, cocina y baño completos, rejas en las ventanas, instalación eléctrica y de agua, etc.) es de 45.751,86 euros", explica la propietaria.

"La casa consta de dos containers unidos, de forma que crean un rectángulo. Las medidas de cada contenedor marítimo son 12,4m x 2,4m, aproximadamente, por lo que la casa tendrá una medida exterior de 12,4m x 4,8m. Por dentro, habrá dos habitaciones, un baño y salón-cocina", añade.

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"Según hemos calculado, en la obra final, con la casa y acondicionamiento del terreno, se destinarán unos 55.000 euros, aproximadamente. Hay varias cosas que ya estaban hechas desde hace varios años, como el aplanamiento del terreno, por lo que en ese sentido hemos podido ahorrar dinero", dice la propietaria a Idealista.

Respecto a elegir un contenedor a otro tipo de casa, Clara dice que: "Sí, son más baratas que otras construcciones que hemos barajado. Muchos nos comentaron que era mucho dinero y que una casa prefabricada al uso hubiera salido mejor. Pero los productos que miramos no nos aseguraban la calidad ni las garantías de durabilidad que sí nos brinda un contenedor marítimo reformado".

"Tiene todas las características típicas de una vivienda habitual. En la urbanización, hay red eléctrica y agua, por lo que únicamente hemos tenido que pedir que nos den conexión a la vivienda para tener luz (aún estamos a la espera de que vengan a conectar el cuadro a la red de la urbanización) y poner las tuberías. Como es una parcela destinada al cultivo de naranjos y olivos, esta última parte ha resultado más sencilla", afirma la dueña.

"Para depender menos de la electricidad y bajar el nivel de consumo, hemos decidido instalar placas solares en el techo de la vivienda. Esto cumplirá dos funciones: abastecer de electricidad a la casa y quitarle sol y calor a la misma", añade.