El gazpacho es una de las recetas típicas de nuestra gastronomía, un plato refrescante, nutritivo y saludable que se convierte en la mejor opción para comer durante los meses de verano, cuando aprieta el calor. 

De hecho, aunque hay recetas más tradicionales, se trata de una preparación muy versátil, ya que ofrece múltiples posibilidades a la hora de añadir y quitar ingredientes, por lo que cada región y cada cocinero tiene su propia receta de gazpacho. 

Por un lado, está el gazpacho andaluz, muy sencillo de preparar. También está el gazpacho extremeño, donde el tomate troceado se sirve sobre un majado de ajos en aceite, como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Por último, está el manchego, que no tiene nada que ver con este plato frío, ya que se trata de un guiso elaborado con carne que se sirve con tortas de pan.

¿Qué significa la palabra gazpacho? 

Así, viendo las diferentes formas de preparación y los beneficios que aporta el gazpacho a nuestra dieta, se pueden destacar algunas curiosidades, por ejemplo, las que tienen que ver con la etimología.

La palabra gazpacho, como recoge la OCU, procede del latín 'caspa', que significa 'restos', algo que encuentra su lógica. La historia centra la aparición de esta receta y esta palabra en la época prerromana, cuando se elaboraba una especie de gazpacho con pan seco, ajo, vinagre, aceite y agua.

Como se puede observar, la receta se parece más al salmorejo que al gazpacho, aunque ambas son muy parecidas. Sin embargo, en esta receta primitiva, los campesinos fueron incorporando verduras, y de esta manera, podían recuperar fuerzas cuando estaban en el campo, "pues el gazpacho llena el estómago, apaga la sed y aporta al cuerpo sales y vitaminas".