'Ask for Angela': así es el protocolo que busca evitar agresiones sexuales en los bares

Un bar lleno un sábado por la noche y una cita que se tuerce, un desconocido que se acerca demasiado o un ligue que no acepta una negativa por respuesta. Puede ser cualquier local de ocio en cualquier ciudad. Como reacción, una persona incomodada se acerca a la barra y pregunta por Ángela, que no es una mujer, sino un código para alertar a los camareros de que alguien necesita ayuda para desembarazarse de su acompañante y escapar de una situación desagradable.
Una cliente pide ayuda a una camera preguntándole por Ángela.
CITY OF SYDNEY
Un bar lleno un sábado por la noche y una cita que se tuerce, un desconocido que se acerca demasiado o un ligue que no acepta una negativa por respuesta. Puede ser cualquier local de ocio en cualquier ciudad. Como reacción, una persona incomodada se acerca a la barra y pregunta por Ángela, que no es una mujer, sino un código para alertar a los camareros de que alguien necesita ayuda para desembarazarse de su acompañante y escapar de una situación desagradable.
Una cliente pide ayuda a una camera preguntándole por Ángela.
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Un bar lleno un sábado por la noche y una cita que se tuerce, un desconocido que se acerca demasiado o un ligue que no acepta una negativa por respuesta. Puede ser cualquier bar en cualquier ciudad. Como reacción, una persona incomodada se acerca a la barra y pregunta por Ángela, que no es una mujer, sino un código para alertar a los camareros de que alguien necesita ayuda para desembarazarse de su acompañante y escapar de una situación desagradable.

Se trata del protocolo 'Ask for Angela' ('Pregunta por Ángela', en español), nacido en Reino Unido en 2016 con la intención de ayudar a personas, prioritariamente mujeres, en lugares públicos en situación de vulnerabilidad. Extendido por diferentes países después de su creación en el condado inglés de Lincolnshire, incluida España, una veintena de discotecas catalanas van a incorporar ahora una nueva medida en el marco de la iniciativa: repartir o vender tapas para los vasos para impedir la introducción de sustancias químicas en las bebidas con la intención de cometer una agresión o violación sexual.

Desde el principio, la finalidad de esta campaña 'Ask for Angela' ha sido favorecer un ocio nocturno seguro en el que todos los usuarios, incluidas las mujeres, se sientan cómodos, así como acabar con las agresiones sexuales ocurridas en este ambiente. La medida catalana va un paso más allá para alcanzar este objetivo, de manera que las víctimas potenciales no tengan que recurrir activamente al plan, sino que estén protegidas desde el comienzo.

A lo largo de estos seis años que lleva en marcha, la estrategia ha ido expandiéndose desde su implantación en Lincolnshire. Poco después de su lanzamiento, se hizo viral en redes sociales y saltó del ámbito regional al nacional e incluso atrajo la atención desde el extranjero, hasta que ha alcanzado países tan distantes como Francia, Estados Unidos, Portugal, Australia o España.

¿Cómo funciona?

El funcionamiento de la campaña resulta sencillo. Todos los bares adheridos al programa exhibirán en el baño, tanto de mujeres como de hombres, un cartel informativo de la iniciativa. "Hola, soy Ángela. ¿Estás en una cita que no va bien? ¿Sientes que no estás en una relación segura? ¿Tu cita de Tinder o Plenty of Fish no es quien decía ser en su perfil? ¿Parece todo un poco raro? Si vas a la barra y preguntas por Ángela, el personal sabrá que necesitas ayuda para escapar de la situación y te pedirá un taxi o te ayudará discretamente, sin mucho alboroto?", reza.

Precisamente a no hacer saltar las alarmas del acosador contribuye la inocencia de la pregunta que activa el protocolo: "¿Está Ángela?". Ni el hostigador ni el resto de los clientes, a no ser que conozcan el plan, serán conscientes de lo que ocurre y pensarán que la víctima se interesa por otra persona. Todo ello favorece la discreción y la eficacia de la maniobra.

Por su parte, los camareros que hayan recibido la pregunta de si está Ángela avisarán de inmediato al personal de seguridad del local, que separará de manera discreta a la víctima del supuesto acosador, al cual se le invitará a abandonar el local, según explica en su página web Spain Nightlife, miembro de la Asociación Internacional de Ocio Nocturno y adscrita al protocolo.

"Si los hechos fueran de carácter grave (...), el personal de seguridad deberá avisar a la Policía, debiendo hacer lo propio si el presunto acosador opone resistencia, adopta una actitud violenta o bien se niega a abandonar el local", detallan. Además, no se le permitirá lavarse las manos ni ninguna otra parte del cuerpo ni ausentarse.

De cara a la víctima, se la acompañará a una zona privada, apartada del resto de los clientes y lejos del agresor. Además, será preferible que sea atendida por un miembro del personal que sea de su mismo sexo y se le preguntará si va con alguien más, para que pueda acudir con ella, ahonda Spain Nightlife.

¿Cómo nació la iniciativa?

El protocolo nació en 2016 en Reino Unido, gracias a la coordinadora de la estrategia contra la violencia y los abusos sexuales del Consejo del condado inglés de Lincolnshire, Hayley Child. En busca de una herramienta para prevenir las agresiones de este tipo, ideó 'Ask for Angela' para implantarla en bares y discotecas, tras detectar que buena parte de estos ataques se producían de madrugada tras una noche fiesta un viernes o un sábado.

Child pergeñó esta campaña al recordar sus citas a ciegas con gente conocida a través de Internet cuando era más joven, a las que acudía siempre junto a una amiga ante el temor de que pudiera fallar algo, según explicó a la revista Time hace unos años. Esta antigua práctica la llevó a pensar en quien no disponía de acompañante y debía enfrentarse a estas situaciones en soledad, con el consiguiente riesgo. 

¿Por qué ese nombre? Aunque muchos piensan que simboliza un ángel de la guarda, no fue esa la intención original de Child cuando bautizó el plan. No obstante, el resultado fue un ocurrente juego de palabras. El protocolo lleva el nombre de Angela Crompton, una conocida de la autora a la que su marido asesinó a martillazos en 2012. "Así, está salvando a otras mujeres de la violencia", relató a la revista.

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