Suecia sigue los pasos de Finlandia y anuncia que pedirá la entrada en la OTAN pese a las amenazas de Rusia

La primera ministra sueca Magdalena Andersson, en rueda de prensa este domingo.
La primera ministra sueca Magdalena Andersson, en rueda de prensa este domingo.
EFE
La primera ministra sueca Magdalena Andersson, en rueda de prensa este domingo.
La primera ministra sueca Magdalena Andersson, en rueda de prensa este domingo.
EFE / Atlas

Suecia se acerca de manera irremediable ya a la OTAN. El Gobierno que lidera Magdalena Andersson ha confirmado este lunes que pedirá el ingreso en la Alianza Atlántica tras una reunión extraordinaria del Ejecutivo. El primer paso ya se dio el domingo cuando el Partido Socialdemócrata anunció su posición a favor de la adhesión, en un giro histórico pues se trata de una fuerza política tradicionalmente contraria al atlantismo. La incorporación a la Alianza además cuenta con el respaldo de las principales fuerzas parlamentarias del país.

Suecia, con esta medida, igual que Finlandia, abandona décadas de neutralidad por la amenaza rusa y tras la invasión de Ucrania. De hecho, la propia Andersson ha reconocido que el país queda "en una situación vulnerable" hasta su entrada. No obstante, la OTAN plantea la posibilidad de desplegarse en ambos países como medida preventiva hasta que se complete su acceso. Un acceso que, eso sí, no será sencillo: Turquía insiste en que no votará a favor de la adhesión, como repitió el propio Recep Tayyip Erdogan, que acusa a ambos países de ser "refugio de terroristas".

Estocolmo sitúa la neutralidad del país en la tradición, pero no en los Tratados internacionales. Durante los conflictos militares de la primera mitad del siglo XIX, Suecia mantuvo este estatus, declarado directamente por el rey Gustavo XIV en 1834. Suecia fue durante mucho tiempo una fuerte potencia militar, pero adaptó la política de neutralidad a sus propios intereses políticos. En 1941 permitió el tránsito de fuerzas alemanas a través del territorio sueco hacia el frente finlandés, y al mismo tiempo protegió a los refugiados del nazismo.

Después de 1945, Suecia optó por mantenerse neutral y entonces esa posición suya dependía en gran medida del estatus de Finlandia e indirectamente también de la política de la URSS hacia Helsinki. En todo caso, Suecia sí ha desarrollado, sobre todo en los últimos años, una importante fuerza militar.

Rusia, por su parte, empezó avisando de "represalias de carácter militar" contra Finlandia y Suecia si entran en la OTAN pero este lunes el presidente Vladimir Putin hizo un matiz: expresó que Moscú "no tiene problemas" con Helsinki y Estocolmo si se convierten en miembros de la Alianza, pero "habrá respuestas" incluso recurriendo al arsenal nuclear si desarrollan infraestructuras militares. Rusia asume que en el caso de Finlandia se estaría rompiendo el acuerdo firmado con la URSS en 1947. La expansión de la OTAN es, de hecho, uno de los motivos que aduce Putin para haber lanzado su invasión de Ucrania.

"Cuando las bases de la OTAN aparezcan en Suecia y Finlandia, Rusia no tendrá más remedio que neutralizar el desequilibrio y la nueva amenaza mediante el despliegue de armas nucleares tácticas", expresaron desde la televisión pública sueca, en una afirmación similar a las que ya hizo en su momento el portavoz del Kremlin, Dimtri Medvedev. "Ya no se podrá hablar de un Báltico sin armas nucleares. El equilibrio debe ser restablecido", alertó.

Por lo que pueda pasar, el Gobierno sueco ha decidido enviar una proposición al Parlamento para posibilitar que el país pueda recibir apoyo militar de la Unión Europea y la OTAN en el tiempo que dure el proceso de ratificación, que se espera tarde alrededor de un año. "Suecia va a encontrarse en una situación de vulnerabilidad durante el tiempo que se tramite nuestra solicitud", dijo Andersson, que en las últimas semanas ha recibido garantías de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y sus vecinos nórdicos. En este sentido, los gobiernos de Dinamarca, Noruega e Islandia reiteraron en un comunicado conjunto su disposición a impulsar una rápida ratificación en sus parlamentos de las solicitudes y a ofrecer ayuda militar en caso de que fuese necesario. 

"Lo mejor para la seguridad de Suecia y de los suecos es entrar en la OTAN y hacerlo junto con Finlandia", sostuvo Andersson. La primera ministra sueca se remitió a las conclusiones del análisis sobre la nueva situación de seguridad consensuadas por la mayoría de partidos suecos para resaltar que el ingreso en la Alianza tendría un efecto disuasorio en el norte de Europa, mejoraría la seguridad y reduciría los riesgos, además de apuntar a que no hay otra opción "realista".  Al contrario que Finlandia, Suecia no necesita someter la decisión a una votación en el Parlamento, pero el consenso es amplio. "Por desgracia no tenemos ningún motivo para creer que Rusia vaya a cambiar en un futuro", sentenció la primera ministra.

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