Aún resuena en el barrio de Salamanca de Madrid la explosión originada por un escape de gas este pasado viernes en el número 35 de la calle General Pardiñas. El suceso se saldó con dos muertes, casi una veintena de herido y el desalojos de vecinos en los edificios colindantes. 

Los fallecidos fueron Álex y Ernesto, dos jóvenes fontaneros que se encontraban en el edificio trabajando en un piso de la tercera planta. Ellos se percataron los primeros de que algo extraño estaba pasando esa mañana después de detectar un fuerte olor a gas en el inmueble. 

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Por eso, bajaron al sótano del edificio, donde se están las calderas, sobre las 13.30 horas, justo en el momento en el que se produjo la explosión, quedando sepultados entre los escombros. Sus cuerpos sin vida no se encontraron hasta media tarde. 

Álex, de 27 años, era hondureño y tenía dos hijas pequeñas; mientras que Ernesto contaba con 21 años. "La explosión ha sido de tal magnitud que el fallecimiento ha sido inmediato", confirmó el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Entre los 19 heridos, cinco necesitaron de ingreso hospitalario. El resto fue dado de alta en el lugar tras pasar por el hospital de campaña que se instaló para atender a los afectados.

"Quedó muy dañada la estructura"

El regidor madrileño ha señalado este lunes que la explosión en el edificio de General Pardiñas este pasado viernes lo "desguazó prácticamente por dentro" y se estudia ya su "desmontaje parcial".

"Se sigue trabajando, se ha trabajado todo el fin de semana con las estructuras, es cierto que quedó muy dañada la estructura, no se descarta cuando menos que haya que ir a un desmontaje parcial del mismo", ha informado 

Ya la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, apuntó este pasado domingo que la situación del edificio es "propia de una quiebra", y que "probablemente esté a punto de declararse", y que existe la posibilidad de que haya que derruir el inmueble para garantizar la seguridad de los colindantes.