Ni cambio de ubicación, un debate que no es nuevo en la ciudad, ni vuelta al modelo tradicional con una menor duración. La Feria de Abril, al menos de momento, se mantendrá tal y como la conocemos desde 2017, cuando entró en vigor la modificación votada por los sevillanos un año antes y que dio luz verde a adelantar un día el inicio de la fiesta y a que esta contara siempre con un festivo local.

Si el martes fue el alcalde, Antonio Muñoz, quien aseguró que "la Feria está bien donde está y con el tamaño que tiene ahora", tras la masiva afluencia registrada en el inicio de la semana, este miércoles, jornada festiva, fue el delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, quien reforzó esta idea. "El modelo de Feria funciona", aseveró tajante tras la reunión del Centro de Coordinación Operativa (Cecop), después de que algunas voces, entre ellas las del PP municipal, hayan pedido abrir el debate sobre un posible cambio. Debate que, a tenor de las declaraciones de Muñoz primero y de Cabrera después, el Consistorio da por cerrado.

En el ecuador de la Feria, Cabrera recordó que, además de una "inyección de moral" tras dos años en blanco por la pandemia, la Feria de este año va a suponer una "importante inyección económica a la ciudad", que se calcula en unos 900 millones de euros. Los hoteles, recordó, se encuentran al 90% de ocupación, cifra que llegó a superarse durante el fin de semana, coincidiendo con el puente del 1 de mayo en algunas comunidades. 

Además, el horario de carga y descarga ha tenido que ampliarse dos días ante la necesidad de abastecer a las casetas tras el alto consumo de los primeros días, en los que muchas casetas llegaron a quedarse sin algunos productos estrella a primera hora de la noche. Todo ello, incidió Cabrera, revelan el impulso en términos económicos que tendrá la Feria de este año.

Nuevos récords

Los indicadores, que comenzaron siendo de récord, no dejan de crecer día a día, especialmente el relativo al uso del transporte público. No en vano, hasta el martes ya se habían contabilizado más de un millón de pasajeros, repartidos entre los 564.192 que se decantaron por los autobuses de Tussam y los 478.064 que eligieron el metro.

Cabrera destacó también la "gran aceptación" que ha tenido la nueva gestión de los aparcamientos habilitados, con entrada a los mismos mediante códigos QR y abono con tarjeta en los parquímetros. También los carruajes han batido récord al no haber existido este año limitación en la entrada, con 3.492 desde el domingo.

En cuanto a la limpieza, Lipasam ha recogido en el primer tramo de la Feria 861.000 kilos de residuos, un 24,5% más que en la última edición de 2019. Un incremento que también se ha contabilizado en la recogida selectiva de vidrio, con 226.850 kilos hasta el martes (un 48,6% más); en el cartón, con 21.620 kilos (un 10,5% más); y en el aceite usado, con 11.929 kilos, un 34,2% más. La novedad este año ha sido la recogida de envases ligeros, con 23.910 kilos hasta el momento.

El control de las entradas de alimentos al interior del recinto ferial se ha saldado con 232 kilos de mercancías retiradas, además de un jamón ibérico sin etiquetar, botes de salsa, filetes y presas, chuletones y platos preparados.

También se han producido 934 incidencias sanitarias, si bien el delegado de Fiestas Mayores destacó que solo 43 requirieron traslados, es decir, menos del 5%. El dispositivo sanitario de la Feria está formado por 120 profesionales, que trabajan en tres turnos para estar disponibles las 24 horas del día.

Por último, Cabrera quiso agradecer que "las empresas, en general, están cumpliendo con las medidas adoptadas para evitar la botellona", mientras que recordó el uso de drones para controlar tanto estas concentraciones como la venta ilegal de bebidas en la Calle del Infierno.