Eloy Martínez de la Pera Diplomático del cuerpo de la Unión Europea y Gestor Cultura
OPINIÓN

Cinco mujeres y un prestidigitador

El político, historiador y escritor Jaime de los Santos.
El político, historiador y escritor Jaime de los Santos.
JORGE PARÍS
El político, historiador y escritor Jaime de los Santos.

La Casa del Libro de Gran Vía (que a punto está de cumplir cien años). Cinco amigas y un prestidigitador, como los de antes; aunque sin sombrero. Cinco mujeres valiosas y valientes y el autor de una novela, Si te digo que lo hice (Espasa), que intentaba regalarlas, agradecerlas, homenajearlas. Ana Milán, Susanna Griso, Topacio Fresh, Cristina Lucas y Rocío Mora. Una detrás de la otra. Construyendo un todo bueno. Y él, claro, Jaime de los Santos. Político travestido de escritor que, además de historiador, es un hombre sensible. No está mal. Hablaron de amor, de sueños y esperanza. De justicia y necesidad. De dolor. Y es que, la novela de este Senador madrileño si por algo está atravesada es por la tragedia de un tiempo, la dictadura franquista, que a "todos arrinconó; pero en especial a las mujeres". Tomó la palabra "la" Griso, poderosa, y acabó hablando de su madre, una mujer excepcional (lo mismo que ella) que, como hace hoy Rocío Mora, salvaba de la esclavitud a mujeres prostituidas "a las que nadie se preocupa de mirar". Fernanda, personaje que dice el autor que trabajó con la actriz argentina (e inmensa) Fernanda Orazi, es una de esas criaturas dolientes que con su vida en venta llena las páginas de esta casi biografía de una España aún más dolorida. Un libro dedicado "a mi madre. A las madres", como la de Rocío Mora, que fue una de las primeras en pelear por esas víctimas de las mafias, esas Magdalenas contemporáneas que muchos (casi todos) tratan como simple mercancía. Hablaba Rocío (presidenta de APRAMP) y todo el auditorio (lleno absoluto) asentía; incluso lloraba. Después le tocó, emocionada, a Topacio, "que junto a otras mujeres como ella consiguió que mi vida haya sido más fácil, mejor", le agradeció Jaime; y lo hizo sobre la suya, sobre aquel día en que le contó a su padre que era una mujer trans. "Y me dijo: fuera. Una década después, a mi amiga Valeria, el suyo, le recomendó: estudia, fórmate. Hoy, lo que le dicen a sus hijes trans sus padres es: juega". Bella manera de expresar cómo, entre todos, hemos hecho de esta democracia nuestra "un espejo donde otras más longevas quieren y deben mirarse". Espejo como el de Narciso, para Alberti padre de la pintura. Cristina Lucas, desde ese margen, vino a recordarnos "que el arte salva vidas". La suya se ha desarrollado en países como Holanda donde "aprendí mucho sobre feminismo; del que, me di cuenta, casi nada sabía". Y reclamó la necesidad de un lenguaje inclusivo, "primera frontera", mientras se recordaba increpando a Rousseau por absoluto "machista". En la tercera fila, nerviosas, un grupo de jovencísimas mujeres, casi niñas, habían llegado para ver a Ana Milán. "Que importante que estéis aquí para que nos aseguremos de que la lucha continúa". Ana ha conseguido trascender en un momento tan difícil como este que vivimos, el de una pandemia sobrevenida que, no solo nos enclaustró, nos llenó de miedos. "Las cosas se hacen con miedos, pero se hacen", oí que le decía a una de esas jóvenes en un aparte, al final del encuentro. Desde su silla había exigido una educación "de verdad; que eduque en la belleza", mientras se erigía como "pagana por elección pero con una espiritualidad infinita". También había representantes de la política que lo son, por ende, de los ciudadanos. Cuca Gamarra, Secretaria General del PP y Lorena Morales, responsable de políticas sociales del PSM. Ambas, allí sentadas, juntas, "como amigas de Jaime". Las dos hablando de compromiso, de la necesidad que aún tienen muchas mujeres de que se las defienda, se las libere, se las acompañe. Para las cosas del alma, las que importan de verdad, parece, que los políticos (buenos), sí que se entienden. Llegó a su fin, el debate, la reunión de amigas, y Susanna, mujer formada, reivindicó la lectura. Recordando a su hijo, "que solo lee filosofía". Yo también me sumo y les pido que lean. Lo que quieran. Como quieran. Pero lean. Filosofía, poesía o este Si te digo que lo hice de Jaime de los Santos que "un poco sí que tiene de mí", acabó diciendo. Yo diría que bastante más.

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