Este lunes se estrenó la última edición de MasterChef, una temporada especial, pues es la décima y, por ello, buscan la excelencia en sus concursantes. Pero, como es costumbre, no todos pueden optar a ganar y el talent ya tiene su primer expulsado.

El sueño de Berto terminó demasiado pronto, pues se ha convertido en el primer expulsado de esta edición. Y es que este segoviano de 24 años es un gran fan del programa, tanto que incluso en la pasada edición ya intentó concursar.

El joven se quedó a las puertas de entrar, pues le dijeron que no tras una prueba en la que tuvo que despiezar un pollo. De hecho, la foto de Arnau, ganador de la novena temporada, le provocaba tristeza, pues ese podía haber sido él.

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El aspirante se llevó un gran sofoco al no ser elegido, tan grande como el que se llevó en la primera entrega de MasterChef 10 al volver a recibir un no. Y es que, aunque inicialmente le rechazaron, los jueces le volvieron a llamar para premiar su dedicación y darle un delantal blanco.

Finalmente, el no por segundo año consecutivo se convirtió en un sí y pudo convertirse en aspirante, algo que celebró tanto que incluso no se dio cuenta del accidente que pudo tener su abuela por su culpa.

Pero su sueño de ser aspirante del talent duró poco pues, tras una prueba de eliminación en la que tuvieron que integrar la sangre de cerdo en un plato, se convirtió en el primer expulsado por culpa de su duro, fino e incomestible brownie.

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