Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La tele que expulsa a las mujeres viejas

Concha Velasco, en 'Lazos de sangre'.
Concha Velasco, en 'Lazos de sangre'.
TVE
Concha Velasco, en 'Lazos de sangre'.

"Qué se retire". A las mujeres no se les ha permitido envejecer en la televisión, así que cuando vemos a una artista mostrando las arrugas de los años en pantalla nos choca y hasta se le invita a irse a su casa. Incluso con el atrevimiento de querer tutelar su libertad. Hemos asimilado una sociedad menguante en pluralidad, que da la sensación de sólo querer aceptar mujeres jóvenes, ágiles y sonrientes en pantalla. Con más de cuarentaitantos, ya se pueden quedar fuera de juego por cánones tóxicos. Y ya son completamente expulsadas en el instante que superan la barrera de los setenta.

La veteranía y las cicatrices del crecer se han castigado históricamente si eres mujer. La vejez, como mucho, para anunciar medicamentos. La situación da un vuelco con un varón curtido en décadas. Si titubea una mujer en televisión se recalca que 'chochea', si titubea un hombre se suele decir que simplemente divaga. Diferentes prismas, según sexo.

Invisibilizar crea estigmas, que deberíamos desaprender para una sociedad más constructiva. Porque también necesitamos referentes desde la vejez. Para empatizar hay que conocer. En este sentido, las últimas apariciones de Concha Velasco en televisión han sido útiles. La espontaneidad de Concha intacta, pero con esa vuelta a la impronosticable candidez de cuando éramos niños. Velasco siempre ha sido así, arrolladoramente directa y transparente. Si saludabas a la actriz con la pregunta de cortesía de "¿Concha, qué tal estás?", ella directamente te narraba con total franqueza cómo estaba sintiéndose en ese día. Aunque estuviera teniendo una jornada horribilis. No iba a cambiar en la actualidad. Concha no se ha escondido nunca, tampoco ahora y, junto a sus hijos, comparte el camino de su existencia como la gran actriz todoterreno que está por encima de esa belleza física y mental eterna que debían mantener las artistas mujeres.

Si titubea una mujer en televisión se recalca que 'chochea', si titubea un hombre se suele decir que simplemente divaga."

María Teresa Campos es otra comunicadora de los medios de comunicación que no entiende que no se pueda aprovechar su bagaje profesional desde la tranquilidad que otorgan los años. Nadie dirá que Iñaki Gabilondo quita trabajo a los jóvenes cuando ha querido seguir trabajando, pero sí se ha sentenciado tal cosa de María Teresa Campos. Como si el papel de Campos lo podría ejercitar algún joven. Nada tiene que ver, es complementario. Su mirada es única, irrepetible. También desde su octava década de vida, donde ya no tiene que presentar un magacín matinal para demostrar cualidades.

Si con cuarenta años María Teresa Campos no temía a sus imperfecciones cuando triunfaba en 'Pasa la vida' o 'Día a día', por qué va a tener pavor a esas imperfecciones hoy. Pues porque la sociedad las recalca y vincula a la edad. A no ser ya válido, cuando todas las personas son válidas y con aporte social desde su experiencia. Así sólo se estigmatiza la vejez.  Salvo el sabio oasis de 'Las chicas de oro' y poco más, los medios esconden el protagonismo de las mayores, aunque sea gran parte de su audiencia. Dirán que el público no quiere ver según qué realidades. Pero quizá no lo queremos ver porque ha prevalecido el "son cosas de viejos", el "chochea" o el "vieja" como insulto, impidiendo referentes en la palestra pública que escuchar, comprender e incluso admirar.

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