Que un robot autónomo distribuya paquetería a domicilio o a puntos centralizados de reparto puede parecer ciencia ficción, pero podría ser una realidad en un futuro no muy lejano, y el próximo mes de junio comenzará a testarse como prueba piloto en el casco urbano de Esplugues de Llobregat (Barcelona) en el entorno del Mercat Municipal de Can Vidalet. Posteriormente, se probará en Hamburgo (Alemania) y Debrecen (Hungría).
El proyecto LogiSmile está coparticipado por el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), el Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat y la Dirección General de Tráfico (DGT), en la colaboración con el equipo CARNET de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), que ha diseñado y fabricado este prototipo de robot autónomo de entrega que automatizará el reparto de última milla (del último centro de distribución al destinatario final). El presupuesto es de 1,3 millones de euros y lo financia EIT Urban Mobility, una iniciativa europea para impulsar espacios urbanos más sostenibles y habitables.
La alcaldesa de Esplugues, la socialista Pilar Díaz, considera que esta prueba piloto es una manera de que los ayuntamientos metropolitanos como el que ella preside "busquemos soluciones nuevas a problemas viejos", y argumenta que las sociedades han de "saber solucionar el reparto de mercancías de última milla y que este importante proyecto aporta una respuesta innovadora aplicando la tecnología".
Desde EIT, su director para el sur de Europa, Daniel Serra, recuerda que el AMB se integró en la entidad en abril de año 2020 y que las áreas metropolitanas europeas son socios estratégicos en los proyectos que financian que las capitales del continente "sean más competitivas en materia de movilidad". Entre sus principales 'partners' se encuentran también universidades, centros de investigación, empresas y un total de 31 ciudades.
El transporte de mercancías supone el 20% del tráfico de las grandes ciudades, un porcentaje elevado de la movilidad urbana que debe gestionarse bajo el prisma de la movilidad sostenible, lo que implica generar menos emisiones y congestión de tráfico, además de los problemas de aparcamiento o los costes de entrega para las empresas de reparto.
Estas son cuestiones que preocupan a administraciones y ciudadanos, ya que los repartos con el modelo actual de furgonetas y camiones provoca el 40% de las emisiones de las urbes y el 30% de la ocupación de las vías.
En este sentido, el reparto autónomo robotizado (que prevé también su control remoto desde una sala de control) supone rebajar considerablemente algunos de estos inconvenientes causados directamente por una actividad, la del reparto de compras a distancia, que ha experimentado un gran crecimiento en la pandemia.
El robot desarrollado por la UPC puede alcanzar una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora en las calles y no rebasará los 10 kilómetros por hora en las áreas peatonales. Sus tres ruedas le permiten salvar alturas de 20 centímetros
El robot desarrollado por LogiSmile incorpora algunas mejoras respecto a otros similares que se están creando en el entorno internacional. Este prototipo de diseño catalán es más grande y cuenta con tres ruedas que le permiten poder salvar pequeños desniveles sea de escalones o de aceras, detalla Laia Pagès, directora executiva de CARNET. Un mapa virtual hace posible programar el recorrido a su destino y que así circule de manera autónoma por el camino más corto. Inicialmente está pensado para circular en un radio de un kilómetro cuadrado, explica Alberto Sanfeliu, profesor e investigador de la UPC.
Si en su recorrido se encuentra con una persona o animal, se para automáticamente y recalcula su ruta para sortear estos obstáculos. Está preparado para ir por la calle, con los coches, o por zonas peatonales. Una vez que se carga desde el almacén, es capaz de llamar por teléfono al cliente final para saber dónde se encuentra mediante un mapa con coordenadas que recibe desde el terminal del usuario.
El cliente puede abrir el robot y recoger su paquete utilizando un código que recibe en su teléfono móvil (como los de las taquillas de e-commerce). También está preparado para descargar en un punto fijo desplegando una cinta transportadora.
El robot desarrollado por la UPC puede alcanzar una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora en las calles y no rebasará los 10 kilómetros por hora en las áreas peatonales. Sus tres ruedas le permiten salvar alturas de 20 centímetros.
Tiene una capacidad máxima de 100 kilos que puede distribuir tanto de día como de noche. El reparto nocturno es una de las opciones que más consenso genera a la hora de replantear un reparto sostenible en las grandes ciudades. Al ser completamente eléctrico, reduce las emisiones al 100%.
Las normativas locales y de tráfico deberán dar cabida a la circulación de vehículos autónomos para que estos puedan llegar a las calles. Los drones podrían ayudar a estos robots a repartir en altura (por ejemplo, en apartamentos en pisos elevados), pero la normativa que prohíbe el vuelo de estos aparatos dentro de las ciudades impide probar esta solución.
Fomentar la intermodalidad en el uso de la bici y el tren
Otra prueba piloto en movilidad la gestiona el AMB a través del servicio Bicibox en el complejo comercial Mira-Sol Centro de Sant Cugat del Vallès. Estrenado en julio pasado, nació con la financiación de EITUrban Mobility para fomentar la intermodalidad en el uso de la bici y el tren al encontrarse junto a la estación de Ferrocarrils (FGC) de Mirasol.
Además de Bicibox (aparcamiento seguro de bicicletas) también ofrece servicio de triciclos de carga (cargobikes) que se prestan para repartir mercancías de último kilómetro o llevar la compra a casa. El local tiene 12 taquillas con enchufes de carga de baterías de bicis eléctricas y con herramientas para reparación o inflado de ruedas.
Los hubs de movilidad intermodal como el de Sant Cugat agrupan en un mismo espacio nuevos modos de transporte compartido y servicios de transporte público.
Otros proyectos impulsados por EIT este año
Además de soluciones para una logística urbana sostenible, un área estratégica para EIT, financia e impulsa múltiples proyectos con proyección en Cataluña. Es el caso de Ecoswap, liderado por Seat y participado por CARNET, Barcelona Serveis Municipals (BSM), el AMB o el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat.
La prueba piloto se realizará este año en Barcelona y en 2023 en Sant Boi y Verona (Italia). Se trata de un sistema de recambio de baterías de motos eléctricas basados en el sharing, compartirlas entre usuarios de estos vehículos. El presupuesto es de 857.084 euros.
Inclusify está liderado por el AMB y pasa por crear una herramienta en forma de app que recoja las preocupaciones de las usuarias sobre el servicio de autobuses metropolitanos. Financiado con 192.122 euros, permitirá que las mujeres envíen mensajes de voz, escritos y fotos a la plataforma y que participen de forma activa en la planificación de las soluciones a algunas de las problemáticas con las que se encuentren.
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