Así cambiará la Escuela Industrial de Barcelona: más verde, abierta a la ciudad y un polo de innovación en servicios públicos

El vestíbulo del centro de innovación en servicios públicos.
El vestíbulo del futuro centro de innovación en servicios públicos.
Brullet- De Luna – Forgas – Ylla E12 Arquitectes UTE
El vestíbulo del centro de innovación en servicios públicos.

Si ahora la Escuela Industrial de Barcelona es un extenso recinto del tamaño de cuatro manzanas del Eixample que los vecinos aprovechan poco, porque no existen apenas zonas verdes ni de estancia, dejará de ser así. La Diputación de Barcelona, propietaria del 77% de los terrenos, ha dado a conocer este viernes un proyecto para ir transformando progresivamente el espacio en los próximos 10 años. Este prevé que gane 16.000 metros cuadrados de verde, el equivalente a dos campos de fútbol, abrir más viales para que los ciudadanos atraviesen el recinto y poner en valor su patrimonio arquitectónico. Además, contempla que la Escuela Industrial se convierta en un polo de innovación en servicios públicos, para lo que albergará un centro internacional de expertos en este ámbito.

El proyecto, bautizado como La industrial+, se ha presentado después de que haya quedado descartado usar el recinto para ampliar el Hospital Clínic, una opción que se barajó durante varios años y generó oposición vecinal y del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya (COAC). El inicio de las obras está previsto para finales de 2023 y estas tendrán un coste de 100 millones de euros a cargo de la Diputación, que no descarta pedir ayudas europeas, del Gobierno o de la Generalitat.

El aspecto de uno de los futuros ejes para peatones.
El aspecto de uno de los futuros ejes para peatones.
Brullet- De Luna – Forgas – Ylla E12 Arquitectes UTE

Más verde

El vicepresidente primero de la Diputación de Barcelona, Jaume Collboni, ha destacado que la Escuela Industrial "será un nuevo pulmón en una de las áreas de la ciudad con más densidad y menos zonas verdes", lo que es "una magnífica noticia para el vecindario, que hace tiempo que lo reclamaba". "Se debería abrir más al barrio", apuntó hace un tiempo a este diario Xavier Riu, vocal de urbanismo de la Asociación de Vecinas y Vecinos de la Izquierda del Eixample.

Por su parte, el comisionado de proyectos singulares de la Diputación de Barcelona, Eloi Juvillà, ha contado que gran parte del espacio verde se ganará con la eliminación de las dos zonas de aparcamiento que hay en el recinto, en las esquinas que dan a los cruces de la calle Rosselló con Comte d'Urgell y de Comte d'Urgell con París. También ha dicho que este espacio proporcionará al vecindario un oasis climático que hará de "aire acondicionado natural" y que se instalarán fuentes y áreas de juego infantil.

Las zonas de estacionamiento darán paso a espacios verdes.
Las zonas de estacionamiento darán paso a espacios verdes.
MIQUEL TAVERNA

Asimismo, ha explicado que habrá tres ejes de peatones que cruzarán el recinto: el que actualmente conecta Rosselló con París,  y otros dos que unirán Urgell con Viladomat. De estos últimos, uno -a la altura de la calle Còrsega- será un bulevar central cubierto que atravesará edificios y contará con una cafetería y salas de formación, exposición y talleres.

Se utilizará agua freática y pluvial para regar y limpiar y se instalarán placas fotovoltaicas en el recinto capaces de generar al año la energía equivalente a la que consumen 500 hogares.

Centro de innovación

En cuanto al Centro Internacional para la Innovación en los Servicios Públicos (CIISP), ocupará la antigua Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial -ahora en el Fórum- y el Paraninfo y se empezará a construir a finales de 2023. Desde la Diputación han contado que aunará ciencia y tecnología, para investigar, por ejemplo, como podrían mejorar el "servicio de teleasistencia" o los "trámites en la administración pública a través de internet". Trabajarán allí unos 800 profesionales.

El interior de la chimenea de la Escuela Industrial, de más de 60 metros de altura.
El interior de la chimenea de la Escuela Industrial, de más de 60 metros de altura.
MIQUEL TAVERNA

El centro contará con una residencia de alrededor de 100 plazas para investigadores y estudiantes, situada donde está la del Colegio Mayor Ramon Llull, que hasta ahora acogía a alumnos de la UB. Sin embargo, la universidad no ha renovado el acuerdo que tenía con la Diputación desde 1989 para que siga allí.

Patrimonio arquitectónico

Otro de los objetivos del proyecto de transformación de la Escuela Industrial, con 10 edificios catalogados como bien cultural de interés local (BCIL), es poner en valor su patrimonio arquitectónico.

El recinto acogió primero, a partir de 1869, la fábrica de bordados Batlló, obra de Rafael Guastavino, el arquitecto valenciano maestro de la bóveda catalana que construyó la galería de arcos de cerámica de la Grand Central Terminal de Nueva York. A principios del siglo XX se convirtió en una universidad donde formar a los técnicos que necesitaba Cataluña para la Revolución Industrial que se estaba produciendo y luego fue adquiriendo otros usos.

La bóveda catalana de Guastavino.
La bóveda catalana de Guastavino.
MIQUEL TAVERNA

El proyecto prevé que el espacio de máquinas de la antigua fábrica Batlló acoja un Centro de Interpretación de la Escuela Industrial, así como recuperar espacios como por ejemplo la sala de telares, que se podrán visitar.

En la actualidad, la Escuela Industrial alberga la Escuela de Artes y Oficios, la Escuela de Trabajo, dos escuelas de adultos, el Instituto de Estudios Fotográficos, la Escuela de Radiología, la piscina Sant Jordi y un campo de fútbol, entre otras instalaciones.

"Estamos convencidos de que será un gran proyecto para Cataluña", ha afirmado la presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín, acerca de La Industrial+.

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