El príncipe Guillermo lleva a su hija Charlotte a una pizzería a celebrar un cumpleaños

Los duques de Cambridge y su hija, la princesa Charlotte, en 2017.
Los duques de Cambridge y su hija, la princesa Charlotte, en 2017.
GTRES
Los duques de Cambridge y su hija, la princesa Charlotte, en 2017.

Para el resto es básicamente su día a día. Y nadie hace noticia de ello. Si hay que acercar a la princesa de la familia-nunca mejor dicho- a un cumpleaños, pues se va y se la deja y que disfrute y se lo pase bien con sus compañeras y compañeros de clase. Sin embargo, si hablamos de que quien entra en la fiesta y lleva a su hija es el futuro rey de Inglaterra, quizá la cosa cambie.

Este pasado domingo, una alumna del centro Thomas's Battersea School celebraba sus siete años en el mundo junto a su familia y amistades en una pizzería del londinense barrio de Fulham llamada Il Pagliaccio. Entre sus más cercanas en el curso está Charlotte, hija de los duques de Cambridge, por lo que por supuesto que recibió su invitación.

Y el príncipe Guillermo fue el encargado de llevarla a la fiesta. No se puede decir que su llegada fuera sorprendente, dado que por motivos de seguridad no fueron solos, ya que iban escoltados por varios guardaespaldas, repartidos en dos coches, que les acompañaron hasta la entrada misma del recinto. Una vez dentro, eso sí, la pequeña Charlotte disfrutó como una más entre sus compañeras y, claro, la cumpleañera.

El propietario de la pizzería Il Pagliaccio, Teo Catino, se fue entusiasmado hacia el nieto de Isabel II y le estrechó la mano en un apretón que fue correspondido. Lo que no pudo conseguir fue el selfi que le pidió: al no tratarse de un evento oficial y por privacidad, ya que revelaría en qué lugar se encontraba, declinó la oferta de Catino. Se tendrá que conformar con las cintas de seguridad, que atestiguan la visita del heredero.

De hecho, estas sí aparecieron en algunos portales, así como en Twitter, aunque rápidamente fueron borradas y desaparecieron las cuentas donde las habían colgado. Son apenas unos segundos y al príncipe se le ve cargando con un regalo envuelto en papel rosa para la compañera de su hija y dejando que ella llegue antes y se divierta. Según se ha podido saber también fue él el encargado de recogerla algunas horas más tarde.

Lo más curioso es que no es la primera vez que el duque de Cambridge oye el nombre de Il Pagliaccio. Quizá ni siquiera sea la primera vez que la pisa. Y es que se trata de una pizzería con historia en Londres. Tanta, que era una de las favoritas de su madre, Diana de Gales, tal y como ha confesado su propietario en declaraciones a los medios.

"Cuando volvía de sus sesiones de entrenamiento en un gimnasio no muy lejos de aquí, Lady Di siempre se acercaba junto con sus guardaespaldas, y pedía una margarita y una pizza con salami. Y se las llevaba a casa para comerlas con sus dos pequeños", ha rememorado Catino, que ahora alimenta a la tercera generación de Windsor.

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