José Luis Villacañas: "La política simplista basada en grandes emociones ofrece un horizonte de tragedia"

El autor publica 'La revolución pasiva de Franco': "Solo lo que se recuerda bien se olvida", afirma
José Luis Villacañas: "La política simplista basada en grandes emociones ofrece un horizonte de tragedia"
José Luis Villacañas: "La política simplista basada en grandes emociones ofrece un horizonte de tragedia"
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José Luis Villacañas: "La política simplista basada en grandes emociones ofrece un horizonte de tragedia"

VALÈNCIA, 26 (EUEOPA PRESS)

El catedrático de Filosofía José Luis Villacañas Berlanga advierte de que en la actualidad se vive "un momento de riesgo" y, en este sentido, asegura que "la política simplista basada en grandes emociones" y que busca "la omnipotencia" no ofrece más que "un horizonte de brutalidad y tragedia".

Pone el ejemplo del presidente ruso, Vladimir Putin, y el ataque de este país a Ucrania. "Estamos ante una persona que se ha llenado la boca defediendo el honor de la patria, pero las políticas de búsqueda de poderes concentrados y la onmipotencia llevan inexorablemente a una situación de guerra. La política simplista basada en grandes emociones ofrece un horizonte de escalada. Allí donde se instala la brutalidad esta crece, al igual que el miedo desde el cual opera Putin".

Así lo ha aseverado el autor andaluz afincado en València, que acaba de publicar 'La revolución pasiva de Franco' (HarperCollins). Se trata de un ensayo sobre la actuación histórica del régimen de Franco, organizado a partir de tres grandes pensadores clásicos sobre asuntos políticos: Maquiavelo, Antonio Gramsci y Carl Schmitt.

El libro ofrece una visión de la etapa franquista desde la filosofía y no pretende "ofrecer novedades de archivo, sino de interpretación". "Me gustaría generar un lector y un ciudadano que tenga una mirada madura sobre el régimen lejos del resintimiento para permitir comprender esa época y superarla definitivamente. Solo lo que se recuerda bien se olvida", manifiesta el autor en declaración a Europa Press.

En la primera parte, y al hilo de 'El príncipe' de Maquiavelo, se muestra cómo Franco "estaba dotado de una mentalidad de poder realista, posiblemente arcaica, y esto lo manejó de un modo extraordinariamente riguroso, cruel, violento, belicista y tiránico". "El objetivo -agrega- era construir un régimen dictatorial soberano basado en la destrucción del pueblo republicano y en la apoliticidad del pueblo que sobreviviera".

Posteriormente, la obra aborda, desde la perspectiva de Gramsci, el concepto de revolución pasiva y de cómo, tras una etapa de "guerra de cerco" -la Guerra Civil-, el dictador va organizando una agenda que integra "algunos de los elementos de los vencidos, como la reactivación económica o la extensión de la educación", para de este modo ir asegurando "una revolución pasiva en la que el pueblo no puede ser activo".

Pero esta revolución pasiva "solo triunfa de verdad cuando la hegemonía política tiene una hegemonía cultural, algo que en Franco no fue completo". Por ello, prosigue, fueron las élites las que se dieron cuenta de que requería una transición.

Preguntado por el ascenso de la ultraderecha en la actualidad, Villacañas cree que estamos en un "momento de incertidumbre y de riesgo con determinadas posturas regresivas que quieren ir más atrás de la revolución pasiva".

El autor comenta que al auge de estas ideas han contribuido en España "la experiencia catalana" y "una agenda específicamente errónea" durante el segundo gobierno del 'popular' José María Aznar, que consideró que "los catalanes mandaban demasiado" y no entendió que "nunca se manda demasiado mientras no se tenga un estado propio". Ese "intento de producir un nacionalismo español solamente podía alimentarse de los estilos de vida propios del franquismo", dice.

Además, echa en falta en las fuerzas constitucionalistas una mirada sobre el carácter evolutivo que debería tener toda Carta Magna. "Una constitución tiene que acompañar la vida de los pueblos, no son unas letras en bronce que se imponen de forma estrictamente legalista" observa el escritor, quien precisa que también los partidos independentistas deberían entender que sin ellos, sin su colaboración, no es posible reformar las cosas.

"ACTITUDES ARROGANTES DEL FRANQUISMO"

Villacañas detecta un clima de "desprecio de la inteligenacia política, un cansancio de la negociación y ciertos hábitos propios del que no reconoce al otro". "Esta mentalidad que supura las actitudes arrogantes del franquismo inicial han vuelto a prender en buena parte de la población".

Frente a ello, el filósofo apuesta por la "inteligencia". "Que no es nada más -afirma- que la capacidad de mirar más allá de nuestras narices, de nuestro presente inmediato, y darnos cuenta de que, cuando esa mentalidad se instala en un pueblo, la tragedia está servida". "Deberíamos darnos por satisfechos de que todo lo que hemos pasado hasta ahora es reversible".

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