Barcelona notifica a los expajareros de La Rambla que les desalojará este febrero: "Encontremos una solución pactada"

El expajarero de La Rambla Xavier Cuenca.
El expajarero de La Rambla Xavier Cuenca.
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El expajarero de La Rambla Xavier Cuenca.

Los antiguos pajareros de La Rambla de Barcelona, que ahora venden sobre todo souvenirs, recibieron a finales de enero una notificación que les informaba de que su desahucio se producirá en el plazo de un mes. Esto lo situaría en la próxima semana aproximadamente, según explica el portavoz del colectivo y el que tiene más puestos, Xavier Cuenca, que continúa defendiendo que las licencias están vigentes y reclama en al Ayuntamiento diálogo "real" y una solución negociada. "Que por favor no nos desahucien, que encontremos una solución pactada", pide.

Los expajareros han presentado recurso de alzada contra esta notificación y han pedido la mediación judicial en el conflicto. Recuerdan, además, que se presentó un segundo contencioso que está pendiente de resolución. Por eso, piden a la alcaldesa, Ada Colau, que se avenga a dialogar y negociar antes de tomar ninguna decisión, más todavía cuando defienden que no se ha resuelto el conflicto judicial.

En este sentido, ha apuntado que la Sindicatura de Greuges de Barcelona también instó el Consistorio a dialogar. Cuenca explica que después de esto se les convocó una vez para preguntarles qué querría cada uno para irse de la Rambla. Añade, sin embargo, que desde entonces la única respuesta que han recibido es la notificación del desahucio.

Cuenca insiste en defender que las licencias no caducaron el año pasado y apunta que la prisa en desahuciarlos solo se entiende por una "estrategia de presión". Además, explica que la afectación de la remodelación de la Rambla no llegaría al tramo donde están hasta 2029, motivo por el cual no entiende la prisa para que se vayan.

Por último, afirma que si finalmente tienen que abandonar La Rambla, que sea "de mutuo acuerdo". En su caso, asegura que no quiere dejar los puestos que tiene, en los que ya trabajaba su abuelo, pero afirma que tampoco quiere un desahucio y recuerda que lo que está en juego es el trabajo de 100 familias. Por este motivo, apunta a la posibilidad de llegar a acuerdos y estudiar otras opciones, como el traslado de los puestos a mercados, por ejemplo.

El Ayuntamiento defiende la extinción de las licencias

El 14 de junio de 2021 una resolución del consistorio declaró la extinción de las concesiones que ostentan los antiguos pajareros. Según la citada resolución, el Ayuntamiento defiende que el plazo de 50 años de duración máxima de las concesiones ha expirado porque se otorgaron en 1971 y, por lo tanto, tiene derecho a clausurar y derribar los puestos del antiguo Mercado de los Pájaros que existen en La Rambla desde el fin del siglo XIX. El Ayuntamiento también se acoge al nuevo plan especial de ordenación de La Rambla, que no contempla la permanencia de los 11 puntos de venta que regentan los antiguos pajareros.

Según fuentes municipales, la desaparición de los 11 puestos de los antiguos ocellaires de La Rambla "responde al interés general" y es una decisión tomada hace tiempo. 

El año 2016 se aprobó definitivamente el Plan Especial de Ordenación de La Rambla de Barcelona, que incluía el tipo de quioscos que podía haber en el futuro, que eran los de flores, los de prensa y el Museo de Cera y los de la ONCE. Aquel documento no contemplaba ya los quioscos de los antiguos pajareros y, por lo tanto, estos tenían que desaparecer del emblemático paseo porque su presencia es incompatible con la nueva ordenación propuesta. Las posteriores aprobaciones del anteproyecto y el proyecto ejecutivo han avanzado en esta línea. 

Urbanísticamente, la desaparición de los quioscos de los antiguos pajareros supondrá una liberación del espacio y su esponjamiento para ganar más metros para los peatones.

Además, las mismas fuentes recuerdan que la actividad que llevan a cabo actualmente contraviene el texto refundido de la ordenanza municipal de Mercados de Barcelona, el plan especial de usos del distrito de Ciutat Vella, el plan especial de ordenación de los establecimientos comerciales destinados a la venta de artículos de recuerdo o souvenirs en la ciudad de Barcelona y también supone infracciones procedimentales diversas. Desde un primer momento se ha intentado una salida negociada y pactada de esta situación, pero esta no ha sido posible, según el consistorio.

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