Los expajareros de La Rambla denuncian al Ayuntamiento para detener su desalojo previsto el 17 de septiembre

  • Defienden que las concesiones de sus puestos no han expirado, a pesar de que el Consistorio sostiene lo contrario.
  • El plan de reforma de La Rambla prevé que dejen de estar presentes en esta vía.
Uno de los puestos de los antiguos pajareros de La Rambla.
Uno de los puestos de los antiguos pajareros de La Rambla.
C. M.
Uno de los puestos de los antiguos pajareros de La Rambla.

Los expajareros de La Rambla, un símbolo de esta famosa calle de Barcelona durante años, se resisten a dejar de formar parte de la vía. Este martes han dado a conocer que este lunes denunciaron al Ayuntamiento en los juzgados para detener su desalojo, previsto, en un principio, "el 17 de septiembre". Fue después de que en julio informaran de que acudirían a la justicia ese mismo mes, pero finalmente se limitaran a advertir al Consistorio de su intención mediante un escrito.

Lo ha explicado Xavier Cuenca, de la familia propietaria de cinco de los 11 puestos de los antiguos 'ocellaires', que en 2010 tuvieron que transformar sus negocios y vender souvenirs, helados y turrones para adaptarse a la normativa municipal sobre animales. Ahora el Plan Especial de Ordenación de La Rambla, que regirá la reforma de esta arteria -cuyo inicio no se prevé como mínimo hasta 2022-, contempla la desaparición de sus puestos.

"Esperamos que venga la alcaldesa para poder llegar a un acuerdo", ha afirmado Cuenca, que ha indicado que la eliminación de sus quioscos comportaría la destrucción de 98 empleos.

Los expajareros ha presentado un recurso contencioso-administrativo en el juzgado de primera instancia de Barcelona después de haber agotado los trámites del procedimiento administrativo para dejar sin efecto la resolución del pasado 14 de junio del Ayuntamiento que declara la extinción de las concesiones que ostentan.

Estas, según defiende el Consistorio, expiran en 2021 porque tienen una duración de 50 años y se otorgaron en 1971. Sin embargo, los antiguos 'ocellaires' aseguran que no están caducadas porque se renovaron implícitamente coincidiendo con dos modificaciones administrativas que aplicó el Ayuntamiento de Barcelona en los años 1999 y 2010.

"Si es así, el juez ya lo dirá. Nosotros haremos lo que diga el juez", han asegurado, por su parte, fuentes municipales, mientras que Cuenca ha detallado que la denuncia que han interpuesto probablemente retrasará un posible desahucio, porque "el Consistorio debe esperar el pronunciamiento del juzgado".

Desde el Ayuntamiento también han indicado que todavía no hay ninguna fecha concreta para retirar los puestos porque pretenden hacerlo una vez se hayan agotado todos los plazos legales, pero que la voluntad es eliminarlos este año. No obstante, Cuenca ha asegurado que recibieron una notificación "en casa" el 10 de agosto, con fecha de cinco días antes, en la que "se interpreta" que el desalojo será el 17 de septiembre.

Las mismas fuentes municipales han destacado, además, que "urbanísticamente, la desaparición de los quioscos de las antiguas pajarerías supondrá una liberación del espacio y un esponjamiento del mismo" para ganar zona peatonal.

"Si lo que quiere el Ayuntamiento es liberar espacio del paseo central, puede empezar hoy mismo retirando los ocho puestos de venta de flores que han quedado vacíos a coste cero para las arcas municipales", ha dicho, en este sentido, Cuenca, que ha subrayado la importancia de que los antiguos 'ocellaires' sigan en La Rambla. "Somos gente histórica que llevamos aquí toda la vida", ha afirmado, y ha contado que los pajareros se establecieron en esta vía "en 1875", primero, en el mercado de La Boqueria, "hasta que los puestos de los animales vivos se separaron de los de los muertos". Su padre y su abuelo, ha explicado, se dedicaban a lo mismo que él. Ha añadido que no entienden "la discriminación" de su colectivo, ya que está previsto que los quioscos de las floristas y de prensa sigan en La Rambla.

"Pedimos diálogo al Ayuntamiento", ha dicho Cuenca, que se ha mostrado a favor de la reforma de la vía, pero ha reclamado que sus puestos continúen en esta calle al menos hasta el año 2028, cuando se prevé que la remodelación afecte al tramo norte, donde están situados. Después, ha indicado, se pueden pactar soluciones como, por ejemplo, "indemnizaciones" o un cambio de ubicación a La Boqueria. Ha asegurado, además, que están dispuestos a reconvertir sus negocios de nuevo si es necesario, y ha propuesto transformarlos en "puntos de concienciación" sobre el cambio climático.

El expajarero se ha quejado, asimismo, de que "hay intereses partidistas" de que se vayan, porque se quiere ganar espacio para ampliar las terrazas de la restauración y los hoteles, una reivindicación de la asociación de comerciantes Amics de la Rambla. El presidente de esta entidad, Fermí Villar, por su parte, ha asegurado que apuestan porque los quioscos de los antiguos 'ocellaires' desaparezcan, pero no para que crezcan las terrazas, sino porque desean que la calle quede más libre para el paseo y porque consideran que su oferta de souvenirs y helados no es adecuada. "Una concesión municipal debe tener un retorno para la ciudadanía", ha dicho, y ha denunciado que heladerías de La Rambla en locales comerciales tienen que hacer frente a impuestos mucho mayores que las que están en los quioscos.

Otra de las quejas de Cuenca ha sido que se pretende echarles en un contexto de crisis sanitaria y económica por la Covid-19, cuando sus trabajadores han estado afectados hasta hace poco por un Expediente de Regulación de Empleo (ERTE), y cuando todavía está "pagando créditos ICO".

Recogida de firmas

Los expajareros han informado este martes de que iniciarán una nueva campaña de recogida de firmas de apoyo a su permanencia en La Rambla, que se sumarán a las 80.000 que han depositado en el Registro General del Ayuntamiento de Barcelona.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento