¿Es el hurón un animal de compañía adecuado para niños?

Un hurón de paseo.
Un hurón de paseo.
PublicDomainPictures / Pixabay
Un hurón de paseo.

El hurón se ha convertido en la tercera mascota preferida en España, por detrás solo de perros y gatos, lo que no es de extrañar cuando te das cuenta de lo juguetones y sociales que son pero, ¿son animales recomendados cuando hay niños en casa?

Tanto si se está pensando adquirir un hurón teniendo niños, como si se está esperando un niño cuando ya se tienen estos animalitos en el hogar, hay que tener en cuenta ciertas cosas para que la convivencia entre ambos sea segura y cómoda.

Los animales no son peluches

“Los hurones pueden convivir con niños pero no deben ser de ellos, es decir, la responsabilidad del animal y de la relación entre el pequeño y el peludo recae en el adulto, por lo que es importante conocer bien los comportamientos de los hurones y darle a los niños la educación adecuada sobre ello”.

Así lo afirma Cristina Soriano, veterinaria integrativa con experiencia en hurones de más de 12 años. Su familia está compuesta de cuatro hurones, un perro y un gato y, tras muchos años conviviendo con estos animales, tiene claro que el hurón es un animal mucho más complejo a la hora de comunicarse con personas en comparación con otras mascotas.

"Los peques de la casa tienen que entender bien cómo se comunica un hurón, empezando porque utilizan la boca y los mordiscos para todo"

“No creo que los hurones deban interactuar con niños menores de seis años ya que para tener una convivencia pacífica, los peques de la casa tienen que entender bien cómo se comunica un hurón, empezando porque utilizan la boca y los mordiscos para todo”, explica la veterinaria.

Estos mustélidos se relacionan con los suyos de manera diferente a como lo hace un perro o un gato, al tener una vista pobre y no una nariz muy desarrollada, el tacto es su principal forma de conocer el mundo que les rodea, de ahí que utilicen la boca para todo, según cuenta la especialista.

Hembra de hurón sable doméstico.
Hembra de hurón sable doméstico.
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“Cuando juegan con otros hurones, parece que se están peleando, pero se muerden y se abrazan para conocerse”, explica Soriano. “Es por esto que puede resultar peligroso juntar a un hurón con un niño, ya que estos animales tienen poca tolerancia a que estés detrás de ellos, a que les cojas o les toques”.

Para Cristina, la edad mínima de un niño para interactuar de manera directa con un hurón son los seis años porque es cuando ya puedes explicarle al peque qué debe y qué no debe hacerle al animal. “Hay que tener mucha paciencia, primero educar al hurón y luego ponerlo en contacto con el niño, no es un proceso de un mes, puede llevar hasta un año o más, dependiendo del carácter del hurón”, detalla.

“Mientras que un perro te advierte numerosas veces de que lo que le estás haciendo le está molestando, un hurón te morderá casi directamente. A veces mostrará señales de apaciguamiento como lamerse, bostezar o erizar la cola o su pelaje, pero éstas serán mucho más sutiles que con perros o gatos, lo que convierte al hurón en un animal más complejo, comunicativamente hablando”, cuenta la veterinaria.

Según Soriano, la parte más complicada de tener hurones en casa es hacer entender a los niños que los hurones no son peluches, no son animales a los que les guste estar en brazos, ellos se sienten cómodos en el suelo. 

Establecer una buena relación con el hurón

Los años de experiencia con hurones y su formación han llevado a Cristina a tener claro cómo establecer una relación de confianza con hurón: “Es bueno utilizar juguetes para interactuar con ellos, como cañas con plumas, alfombras olfativas o pelotas con sonido. De esta forma, el niño no expone las manos en caso de que el hurón se cabree o se emocione”.

Para la veterinaria, también es muy importante que el niño forme parte de la rutina de cuidados del hurón, no solo debe estar presente en los momentos de juego, establecerá una mejor relación de confianza con el animal si también prepara comidas y se las da, si organiza juegos como esconder premios en una alfombra olfativa o si simplemente es el encargado de darle pasta de salmón o cápsulas de omega 3 (siempre bajo la supervisión de un adulto).

“El niño no tiene por qué estar en contacto directo con el animal, hay que enseñarles que el animal tiene que olerles, necesitan su tiempo y espacio propio… Por eso es vital tener paciencia, supongo que para un niño, es algo complicado, pero no imposible”, comenta Soriano.

Pero, ¿Qué ocurre si el hurón no se termina de adaptar con el tiempo? El carácter de estas mascotas (como pasa con otros animales también) puede ir desde muy sociable a muy antipático, por eso, la veterinaria propone separar espacios siempre que sea posible.

“Conozco gente que tiene en su casa una habitación preparada para los hurones, allí ellos tienen sus jaulas, puedes estar sueltos y tienen su propio espacio donde se sienten seguros y hacen vida. Así, es el adulto quien establece los tiempos en los que el niño puede entrar a estar con ellos, en un entorno en el que los animales se van a confiar más. Al final se trata de positivar la presencia del niño en los cuidados del hurón”, concluye Soriano.

En resumen, Cristina recomienda a aquellas personas que quieran ampliar la familia metiendo un hurón en casa que lo hagan con uno adulto, cuyo carácter ya está establecido y, por lo tanto, va a ser más fácil de lidiar con él y, sobre todo, que antes de la llegada del peludo a casa, se informen bien de todos los cuidados y de lo que conlleva vivir con estos pequeños seres.

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