Los bancos españoles llevan más de trece años cerrando oficinas sin parar. Según datos del Banco de España -la institución encargada de supervisar a las entidades de crédito-, el país ha perdido 20.133 sucursales en la última década. La apuesta por la digitalización del negocio ha provocado que el país tenga ahora la mitad de oficinas que hace diez años.

Además, el cierre masivo de sucursales ha venido de la mano una oleada de despidos en el sector. Entre diciembre de 2010 y de 2020, la banca ha perdido 84.204 empleados, o lo que es lo mismo, han desaparecido un tercio de los puestos de trabajo que existían entonces. 

Estos dos fenómenos han provocado que las tasas de oficinas y empleados del sector por habitante se hayan desplomado a mínimos históricos. El descenso ha sido progresivo pero ya ha desencadenado iniciativas de protesta por parte de uno de los colectivos más afectados por esta reducción en la atención bancaria: las personas mayores. 

Menos oficinas que en 1975

España tiene ahora 43,5 sucursales bancarias por cada 100.000 habitantes, menos incluso que las que tenía en 1975, el último año del que hay datos publicados. En lo que respecta a los trabajadores, actualmente hay 3,8 empleados por cada 1.000 españoles, otro mínimo histórico muy alejado de los 6,2 que se contabilizaban a finales de 2007.

Los cierres y los despidos de los últimos años han tenido un efecto muy notable en la atención al público, una tendencia que se ha acelerado recientemente. Solo en los últimos seis años han desaparecido más de 11.000 oficinas y casi 30.000 empleos. En este tiempo, 2.689 municipios han perdido sucursales y casi 600 localidades que antes tenían una se han quedado a cero.

Tanto es así que actualmente ya hay más localidades que no tienen una sucursal en su terreno que los que sí. En España el 56% de los municipios no cuentan con un banco en su territorio. La mayoría de ellos se encuentran en el interior peninsular, especialmente en Castilla y León.

El proceso de 'desbancarización' es tan evidente que es difícil encontrar entidades que en estos últimos seis años hayan incrementado su presencia física. De los diez bancos con más oficinas en todo el país, solo tres han ganado sucursales desde 2015. Se trata de Caixabank -que tiene ahora 440 oficinas más, fruto de su fusión con Bankia-; Unicaja -que cuenta con 629 sucursales más tras absorber EspañaDuero y su fusión con Liberbank- y Bankinter -que solo ha ganado cuatro-.

Entre el resto de grandes de la banca española, la tendencia ha sido la opuesta. El Banco Santander, la segunda entidad con más presencia física en España, ha reducido en un 45% sus oficinas en solo seis años. Por su parte, BBVA y el Banco Sabadell tienen ahora un tercio menos de sucursales.

Un negocio en declive

Los mayores claman contra el cierre de sucursales bancarias: "Oiga, que no tenga internet no significa que sea inútil"

El declive de la banca tras la gran crisis financiera de 2008, que alumbró un mundo con bajos tipos de interés y una regulación más exigente, ha lastrado la rentabilidad de un sector que desde hace años se enfrenta también a una fuerte competencia de las tecnológicas financieras.

Todos estos factores han llevado a los bancos a desprenderse de oficinas y empleados para tratar de aumentar su rentabilidad y desplazar la atención al público a internet. Sin embargo, este proceso de digitalización está dejando atrás a una buena parte de la población, que no se mueve con tanta soltura en la esfera digital.

La situación ha llevado a Carlos San Juan, un jubilado valenciano de 78 años, a iniciar una campaña para que los mayores no se queden fuera del sistema bancario. Sus reivindicaciones han llegado a oídos de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que han prometido soluciones para facilitar la inclusión de la población más envejecida.