Barcelona cambia el método de limpieza: más operarios y vehículos eléctricos y nuevos contenedores

  • En marzo se pondrá en marcha el nuevo contrato, el más importante del Ayuntamiento en inversión en este ámbito.
  • La plantilla crecerá un 10% con la incorporación de 400 trabajadores.
  • Habrá 870 vehículos eléctricos, con lo que se pasará del 20% al 60%.
  • El servicio tendrá más frecuencia y se adaptará a la casuística y morfología de cada barrio.
  • Barcelona inyecta 70 millones de euros en reforzar la limpieza.
Uno de los nuevos vehículos eléctricos, este miércoles, junto a la playa del Bogatell.
Uno de los nuevos vehículos eléctricos, este miércoles, junto a la playa del Bogatell.
MIQUEL TAVERNA
Uno de los nuevos vehículos eléctricos, este miércoles, junto a la playa del Bogatell.

"Nos encontramos ante un punto de inflexión, una nueva manera de intervenir en el espacio público", ha afirmado este martes la teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad de Barcelona, Janet Sanz, durante la presentación del nuevo contrato de limpieza de la ciudad. Es el más importante del Ayuntamiento en inversión en este ámbito y comportará un incremento del personal, de los vehículos eléctricos y del ritmo de trabajo, así como la sustitución de los 25.200 contenedores que hay en la capital catalana por otros con un nuevo diseño.

El contrato, que tendrá una duración de ocho años, tiene un coste total de 2.300 millones de euros, lo que supone un gasto en limpieza vial de hasta 122 euros anuales por habitante. El 7 de marzo se iniciará su implantación en los distritos de Ciutat Vella, el Eixample, Gràcia, Sant Andreu y Sant Martí, y a partir de septiembre llegará a los otros cinco.

Algunos de los nuevos vehículos eléctricos.
Algunos de los nuevos vehículos eléctricos.
MIQUEL TAVERNA

Destaca la previsión de aumentar la plantilla un 10%, hasta las 4.400 personas, con la incorporación de 400 operarios, de los que 40 serán informadores que se encargarán de explicar a los ciudadanos las tareas que se llevan a cabo y apelarán a su corresponsabilidad para mantener la ciudad limpia. Se fomentará que las mujeres ocupen puestos de mando y que se incrementen progresivamente los trabajadores con discapacidad o riesgo de exclusión social.

Por otro lado, se pasará de un 20% de vehículos eléctricos a un 66%, pues habrá un total de 870 en vez de los 200 actuales. Este cambio, ha subrayado la alcaldesa, Ada Colau, contribuirá a mejorar la calidad del aire, pero también el confort acústico, ya que los coches serán "menos ruidosos". "Es el contrato del Estado con más presencia de vehículos eléctricos", ha asegurado, por su parte, el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia.

Badia, asimismo, ha explicado que los contenedores se sustituirán gradualmente por otros más bajos para que quiten menos la visibilidad y no tapen a los peatones en los pasos de cebra y así evitar accidentes. Serán reemplazados "entre 800 y 1.000 semanalmente" de los 25.200 que hay, ha dicho. 

Un carrito de limpieza eléctrico.
Un carrito de limpieza eléctrico.
MIQUEL TAVERNA

Además, el contenedor orgánico pasará a ubicarse al lado de los de recogida selectiva, y en los casos en que sea posible, se agruparán todos los tipos de contenedores en el mismo sitio. De este modo se pretende incrementar un 25% los de reciclaje y rebajar los de fracción resto. El objetivo es llegar a un 55% de recogida selectiva en el año 2025, el objetivo que marca Europa.

La limpieza vial se adaptará a la casuística y a la morfología de cada barrio. Por ejemplo, los operadores utilizarán carros eléctricos autopropulsados para desplazarse más fácilmente por zonas con pendientes. "Es un contrato hecho a medida", ha asegurado Badia.

El concejal ha añadido que se doblará la frecuencia de baldeo y que si ahora se pasa a limpiar algunos puntos entre tres y cuatro veces por semana, a partir de marzo no serán "menos de seis". Además, aumentará el trabajo en turno de tarde, que actualmente es el más ligero, pues priman la mañana y la noche, y octubre pasará a formar parte de la temporada alta de limpieza.

La alcaldesa Colau durante la presentación del nuevo contrato de limpieza.
La alcaldesa Colau durante la presentación del nuevo contrato de limpieza.
MIQUEL TAVERNA

También se introducirán más vehículos polivalentes que pueden barrer, recoger residuos o eliminar la suciedad con agua indistintamente, se incidirá en quitar manchas del pavimento y se doblará la higiene de contenedores. Para limpiar mejor el suelo que queda debajo de ellos, se incorporará una maquinaria específica que permite levantarlos y usar agua a presión al mismo tiempo.

Está previsto reforzar las herramientas de control del estado de limpieza de la ciudad, así como la capacidad de dar una respuesta más inmediata ante incidencias específicas y la comunicación con los vecinos -en los barrios habrá comisiones de seguimiento-.

Colau ha apuntado que "Barcelona se está transformando" y el servicio se adaptará "a las necesidades de la ciudadanía", y en este sentido, Sanz ha señalado que se ha ganado espacio para los peatones en la calzada, tradicionalmente destinada solo a los vehículos.

La alcaldesa, además, ha asegurado que "estamos saliendo de una situación de excepcionalidad" por la pandemia, lo que se traducirá en que habrá más vida en el espacio público y por ello es necesario reforzar la limpieza. El nuevo contrato, ha dicho, contribuirá a "una mejora de la estética" de la ciudad, junto a la eliminación a partir de la primavera de los bloques de hormigón amarillos provisionales que protegen las terrazas en calzada y la progresiva sustitución en varias zonas del urbanismo táctico por urbanizaciones definitivas.

Colau ha pedido a los ciudadanos que colaboren a la hora de mantener limpia Barcelona y que "usen las papeleras y contenedores y no tiren colillas al suelo".

Por su parte, Sanz ha recordado que el nuevo contrato de limpieza se une a un plan que puso en marcha en octubre el Ayuntamiento con una inversión de 70 millones de euros hasta 2023 para reforzarla en los 350 puntos de la capital catalana que más lo necesitan. Fue después de que ciudadanos anónimos, asociaciones de vecinos y de comerciantes y grupos municipales de la oposición se quejaran durante varios meses de que Barcelona estaba sucia, algo que Colau ha atribuido, sobre todo, a "momentos de uso intensivo repentino" del espacio público y "botellones" cuando se eliminaban restricciones por la pandemia.

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