Este martes 1 de febrero, Telecinco estrenó Montealto: regreso a casa, con Rocío Carrasco. Se trató de una breve muestra de lo que será la segunda temporada de la docuserie. La protagonista llegó al plató en el que se enfrentaría a su casa de la infancia muy cambiada. "Apetecía, vamos a cortar por lo sano". le dijo Carrasco a Jorge Javier Vázquez.

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Había dejado atrás su larga, ondulada y pelirroja melena para pasar a un corte de pelo tipo pixie que recordó a otros años en los que Carrasco había llevado ese mismo look, como ocurrió durante la época en la que presentó Hable con ellas, un formato que recordó con mucho cariño en Rocío, contar la verdad para seguir viva.

Ahora comienza una nueva época y lo hace con la imagen y las actitudes muy cambiadas. En esta ocasión, no ha ocurrido como en la leyenda bíblica de Sansón, que perdió la fuerza al cortarse el pelo, sino todo lo contrario. Muy lejos quedaron las entrevistas a la hija de Rocío Jurado en la primera parte de la docuserie, que ilustraban a una mujer temblorosa, insegura y dolida. En esta ocasión, la protagonista se mostró mucho más sonriente y ávida de compartir su versión sobre todo lo que atañe a los Mohedano-Jurado. 

Quizá también con intención de dejar claro que es una nueva etapa, la hermana de Gloria Camila acudió al plató vestida de verde esperanza, el color complementario del traje fucsia que llevó durante la grabación de la entrevista de Rocío, contar la verdad para seguir viva y que ya es un icono.