Los trabajos que iba a iniciar el Ayuntamiento de Barcelona en los búnkeres del Turó de la Rovira, un espacio público patrimonial en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona, y que iban a vallar el recinto para que este no sea utilizado por las noches, especialmente los fines de semana, para realizar botellones, se retardan y de momento no apuntan a ninguna fecha exacta de comienzo.
Las obras, presupuestadas en 900.000 euros, han quedado paradas 'sine die' por un problema de aprovisionamiento de material, ha indicado la regidora del distrito, Rosa Alarcón.
Los botellones causan múltiples molestias a los vecinos de la zona de Can Baró, que ven alterado su descanso nocturno por el ruido, además de degenerar y ensuciar un espacio que forma parte del patrimonio de la ciudad al ser una de las baterías antiaéreas de la Guerra Civil Española para proteger a la ciudad de los bombardeos.
Desde el distrito no aseguran que los trabajos puedan comenzarse antes de la llegada del verano, por lo que para entonces los búnkeres podrían seguir abiertos y sin blindaje ante botellones o aglomeraciones de personas atraídas por las espectaculares vistas de Barcelona que se aprecian desde este punto estratégico aprovechando las buenas temperaturas.
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