La isla del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai, que registró una violenta erupción el pasado sábado, con un gigantesco hongo de vapor, gas y ceniza, ha desaparecido en su práctica totalidad.
Esta área de tierra en medio de Polinesia ya no existe, como se puede ver al comparar una imagen tomada por el satélite Sentinel 2 de la Unión Europea (UE) el 2 de enero con otra del Sentinel 1 registrada 12 horas después de la gran erupción, cuando la nube se disipó lo suficiente para observar la zona desde el espacio.
🔴 At 17:08 UTC yesterday, #Copernicus #Sentinel1 🇪🇺🛰️captured the 1⃣st image of #HungaTonga 🌋after the destructive eruption
— Copernicus EU (@CopernicusEU) January 16, 2022
The volcanic island is almost completely wiped out
⬇️ Comparison before (3 Jan.) / after (image of 15 Jan., ~12 hours after the eruption)#Tonga pic.twitter.com/KA98HTQCBz
La isla se originó en 2015 a causa de una erupción de un volcán submarino y, desde entonces, forma parte del Reino de Tonga, un archipiélago de más de 170 islas y unos 105.000 habitantes asentado en el Pacífico Sur. Se encuentra a unos 45 kilómetros de la capital del país, Nuku'alofa.
#ImageOfTheDay #HungaTonga
— 🇪🇺 DG DEFIS #StrongerTogether (@defis_eu) January 17, 2022
A disastrous 🌋#eruption took place in the #Tonga Archipelago on 15 January
A volcanic island has completely vanished, as can be seen by comparing
↙️#Sentinel2's🇪🇺🛰️optical image of 2 Jan. and
↘️#Sentinel1's🇪🇺🛰️SAR image acquired ~12 h after the 🌋 pic.twitter.com/yrZsSqlPqO
La nueva isla surgió entre dos más antiguas, entre las que quedó ubicada, y contaba con una extensión de 500 metros. Ya desde su aparición, las autoridades consideraban la isla muy inestable y no recomendaban visitarla.
En las nuevas imágenes, solo quedan vestigios de aquellas dos islas iniciales. El terreno desaparecido estaba formado principalmente por la acumulación de roca magmática fragmentada.
La erupción del pasado sábado es una de las más violentas registradas en los últimos treinta años en el planeta, según han señalado este lunes fuentes científicas. La atronadora erupción pudo escucharse a cientos de kilómetros de distancia y sus cenizas y vapor fueron expulsadas a unos 20 kilómetros de altura.
La erupción fu de tal magnitud que provocó un tsunami y produjo alteraciones en el oleaje de los archipiélagos lusos de Madeira y Azores y en la costa central continental de Portugal, según ha informado este lunes el Instituto Portugués de Mar y Atmósfera (IPMA).
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