El Gobierno chino ha negado este viernes que esté tratando de interferir en la política del Reino Unido y ha afirmado que las acusaciones lanzadas por los servicios de inteligencia británicos en ese sentido pretenden "difamar" e "intimidar" a la comunidad procedente del gigante asiático residente en el país europeo.

Así lo han expresado las autoridades chinas a través de un comunicado difundido por su embajada en Londres, un día después de que se conociese que el Servicio Secreto de Inteligencia (interior) británico, MI5, ha alertado sobre las actividades de una agente que opera para Pekín.

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En concreto, el presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, explicó este jueves que una mujer llamada Christine Lee ha estado trabajando en el Parlamento británico con el objetivo de "socavar los procesos" que allí se dirimen.

"China siempre se adhiere al principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países. No tenemos necesidad y nunca buscamos 'comprar influencia' en ningún parlamento extranjero", ha señalado un portavoz oficial en una nota colgada en la web de la embajada china.

El texto subraya que China rechaza "firmemente el truco de difamar e intimidar a la comunidad china en el Reino Unido".

El presidente de los Comunes explicó este jueves que ha enviado una carta a los diputados para advertirles de que la supuesta agente había estado "involucrada en actividades de interferencia política en favor del Partido Comunista Chino, interactuando con miembros del Parlamento" en Reino Unido.

Lee efectuó cuantiosas donaciones a varios diputados, entre ellos el laborista Barry Gardiner, que llegó a recibir hasta 420.000 libras (500.000 euros), o el liberal demócrata Ed Davey (5.000 libras o 6.000 euros), según el MI5 y tal y como han reconocido ambos parlamentarios.

En la citada misiva, Hoyle, a quien previamente había contactado el MI5, apunta que la presunta espía china había estado también vinculada con el ya desmembrado grupo parlamentario multipartito 'Chinos en Gran Bretaña'.