Las protestas en Kazajistán están derivando en su cuarto día en una escalada de violencia sin visos de mejora con 18 muertos entre unas fuerzas de seguridad que este jueves han abierto fuego contra los manifestantes con el resultado de "decenas de terroristas aniquilados".

Ante la escalada de violencia el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, ha solicitado ayuda a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar que agrupa a seis antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas Rusia, que ha enviado rápidamente un contingente de 3.800 militares a su vecino asiático. 

Dos de los agentes fallecidos fueron hallados decapitados, un indicio que ha llevado a varios politólogos a suponer la participación de islamistas radicales en estos disturbios. La policía ha detenido este jueves a 2.998 participantes en las protestas. 

Kazajistán confirma la muerte de "decenas" de manifestantes durante los disturbios

"Un grupo de terroristas fue aniquilado junto a la sede de la dirección de la policía del distrito Almaly de Almaty", han informado este jueves las autoridades de la mayor ciudad del país y principal foco de las protestas. El Gobierno ha defendido, que entre los manifestantes, hay "bandas de merodeadores que destruyen bancos, cafeterías, restaurantes, tiendas y grandes centros comerciales".

Las manifestaciones comenzaron el pasado 2 de enero, inicialmente pacíficas y en protesta por el alza considerable de los precios del gas licuado, el principal combustible automotriz utilizado en el país.

Sin embargo, dos días después derivaron en una escalada de violencia y se trata ya de las mayores protestas que han sacudido la nación centroasiática desde su independencia, en 1991. 

Solo en la jornada del miércoles los manifestantes tomaron y destruyeron sedes administrativas, canales de televisión, negocios, servicios públicos y comercios.

Hartazgo con las viejas élites

Muchos analistas atribuyen las protestas al hartazgo de los kazajos con las viejas élites que lideraron la independencia, que fue creciendo en los últimos años y alcanzó su punto álgido tras una nueva subida de precios de los combustibles.

La principal exigencia de los detractores del Gobierno es poner fin a la época del expresidente Nursultán Nazarbáyev, a quien los opositores acusan de todavía mantener el poder político en Kazajistán a la sombra del actual mandatario. 

Una de las imágenes más virales de las protestas actuales fue el derribo de uno de los monumentos de Nazarbáyev en la localidad de Taldicorgan, en el sureste del país.

El secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, trasladó este jueves a su homólogo kazajo, Mukhtar Tileuberdi, el apoyo de su país "a las instituciones constitucionales de Kazajistán y a la libertad de prensa".

Alertan de fuertes explosiones en Kazajistán horas después de confirmarse la muerte de "decenas" de manifestantes

La Unión Europea (UE), por su parte, expresó, por medio del representante comunitario para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que vigila "con cautela" la llegada de tropas extranjeras a Kazajistán" y que espera que "la presencia de fuerzas internacionales no socave la independencia" de este país.

Cortes en internet y telefonía

La situación que ya ha ocasionado daños valorados en 92 millones de dólares, según el empresariado kazajo, y podría repercutir en los precios del crudo, el uranio y las criptomonedas, ya que esta crisis afecta el minado en Kazajistán, el segundo mayor productor del mundo de estas divisas. 

Durante las protestas en Kazajistán los operadores de internet y telefonía han informado de dificultades para una correcta prestación de los servicios.

Como consecuencia, la información sobre los acontecimientos en el país es limitada y llega muchas veces a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería rápida.