Los farmacéuticos catalanes se ofrecen a la Generalitat para hacer más tests de antígenos y descongestionar los ambulatorios

Un farmacéutico analizando una muestra de tests de antígenos.
Un farmacéutico analizando una muestra de tests de antígenos.
ACN
Un farmacéutico analizando una muestra de tests de antígenos.

Las farmacias catalanas se ofrecen al Departamento de Salud de la Generalitat para asumir más tareas y ayudar así a descongestionar los Centros de Atención Primaria (CAP) a raíz de la sexta ola de la covid. Desde el 14 de diciembre han notado un importante incremento de demanda de pruebas de antígenos y en los últimos días se ha multiplicado por 20. No obstante, creen que todavía podrían asumir más tareas relacionadas con la covid o con otras patologías, como hacen otros países europeos, y dejar a los médicos y enfermeras de los CAP la atención médica más especializada. Antoni Torres, presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (Fefac), dice que hay que ofrecer el abanico más amplio de posibilidades fiables de detección de la covid.

"Si tenemos un montón de países a Europa que han utilizado las farmacias como una herramienta clave, no parece buena idea no utilizarlas aquí al máximo posible; a pesar de que Cataluña es la primera de España, somos los últimos de Europa", explica. En este sentido dice que si en vez de certificados médicos del CatSalut las farmacias también pudieran expedir pasaportes covid europeos, como pasa con las pruebas a los escolares, se reducirían muchas visitas en los laboratorios privados, que cobran mucho más y provocan, según él, un incremento de falsificaciones. 

Fuera de la covid, las farmacias podrían hacer también controles de presión arterial, glucosa u otros parámetros de enfermos crónicos, o inyectar las vacunas de la gripe. Todo esto, según Torres, permitiría a los sanitarios de los CAP dedicarse a las tareas más especializadas.

Respecto la posible venta de tests en los supermercados, como ya hacen algunos países europeos, Torres lo considera razonable en zonas con bajos índices de vacunación. No lo ve del todo mal, pero ve más eficaz hacerlo en las farmacias, que aseguran la comunicación de los posibles positivos a las autoridades sanitarias. Así, cree que la venta de las pruebas profesionales en cajas de 20, autorizada por la Agencia Española del Medicamento pero pendiente de regulación, se tendría que hacer individualmente y realizar los tests en las farmacias, para mejorar la fiabilidad y la comunicación. Según Torres, la fiabilidad puede bajar con las pruebas profesionales hechas en casa y, además, puede aumentar la venta en el mercado negro.

En la última semana, y a raíz del estallido de la variante omicron, se ha multiplicado por 20 la venta de pruebas, pese a las dificultades de suministro porque la mayoría vienen de la Asia y los pedidos se hicieron hace tres semanas, cuando no había tanta demanda. Según Torres, España y Cataluña han "dudado" en su política de uso de las pruebas de antígenos, y esto ha hecho que no haya un canal de distribución "bastante robusto" y ha reducido los stocks. 

Por eso, pide poder planificar con tiempo si se tienen que hacer campañas masivas de tests, como hacen otros países europeos. "Todo lo que se puede planificar, se puede hacer, pero se tiene que planificar, tenemos que saber cuántas pruebas haremos y a qué grupos de personas", explica. Imprevistos como el omicron o la obligación de certificado pedido por Portugal o Italia han incrementado la demanda de forma imprevista.

Los clientes que compran tests para hacérselos en casa son residentes en Cataluña que quieren reunirse con familiares o amigos y estar más tranquilos o que han estado en contacto estrecho con algún positivo.

En cuanto a las pruebas realizadas en las mismas farmacias, el día de Navidad se hicieron tantas como en la semana anterior entera, y el día de Sant Esteve también. La mayoría de clientes que se hacen los tests en las farmacias son catalanes que quieren ir de turismo a algún país europeo que requiere un certificado, extranjeros residentes en Cataluña que viajan a su país de origen en Navidad o turistas que han visitado Cataluña y necesiten la prueba para devolver a casa.

Si estos países aceptan certificados médicos oficiales con pruebas de antígenos, los clientes se ahorran el dinero que vale hacerse una PCR en un laboratorio privado. Muchos de los clientes piden cita previa, pero otros van a la farmacia sin cita y se tienen que esperar a que los toque el turno.

Tanto los unos como los otros normalmente no tienen síntomas, excepto alguno con resfriado, y solo un 7 o 8% ha dado positivo, la mitad que la media catalana.

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