A FONDO | El 'Rey del Cachopo': de ser condenado por descuartizar a su novia a jugar su penúltima carta ante la justicia

El TSJM delibera mañana sobre la condena del 'Rey del Cachopo' por matar a su pareja
El TSJM delibera sobre la condena del 'Rey del Cachopo' por matar a su pareja.
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El TSJM delibera mañana sobre la condena del 'Rey del Cachopo' por matar a su pareja
El TSJM delibera sobre la condena del 'Rey del Cachopo' por matar a su pareja.
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La Audiencia Provincial de Madrid condenó el pasado mes de junio a 15 años de cárcel a César Román, el Rey del Cachopo, por un delito de homicidio cometido en agosto de 2018 sobre su novia Heidi Paz. 

La condena se impuso después de que el jurado popular que enjuició los hechos le declarase culpable de la muerte de la joven hondureña de 25 años. En su sentencia, los magistrados de la Sección 26 consideraron al Rey del Cachopo culpable de homicidio, con las agravantes de parentesco y razón de género.

Ocho meses después de aquella sentencia, César Román va a jugar su penúltima carta ante la justicia para intentar quedar absuelto de unas acusaciones que rechaza de pleno. 

En un recurso sobre el que tiene que deliberar este jueves el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), el empresario denuncia haber sido víctima de "un juicio paralelo" desde que comenzó la instrucción comparándose con el caso mediático de Dolores Vázquez. El fallo de la Audiencia Provincial de Madrid se impugnó por la presunta vulneración de los derechos fundamentales de presunción de inocencia, igualdad de armas y derecho de defensa, entre otros.

La deliberación del TSJM, que estaba prevista para el pasado 14 de diciembre, se tuvo que aplazar a solicitud de la letrada de Román, Ana Isabel Peña, al no poder acudir a la vista por motivos de salud graves.

Tras su detención dijo que Heidi pudo ser víctima de una banda de narcos

El juicio al Rey del Cachopo se celebró en la Audiencia Provincial de Madrid el pasado mes de mayo. César Román estaba acusado de matar y descuartizar en agosto de 2018 a Heidi Paz. También de rociar su cuerpo con sosa cáustica y quemar algunas partes, mientras que la cabeza y las extremidades aún no se han encontrado.

La Fiscalía pedía para él 15 años y cinco meses de prisión por los delitos de homicidio y profanación de cadáver con las circunstancias agravantes de parentesco y de cometer los hechos por motivos de género. También solicitaba libertad vigilada por diez años. Por su parte la acusación particular solicitaba 26 años de prisión por asesinato.

El hostelero especializado en cachopos explicó tras su detención que a su exnovia la pudo matar una banda de narcos porque había contraído una deuda. Ya en el juicio afirmó que seguía viva. 

Su letrada presentó informes de tres expertos en criminología que concluían que "no existe una sola prueba" de que cometiese el crimen, debido a contradicciones o incongruencias de los testigos y que la investigación policial arrancó "en un punto erróneo" y además adolece de "errores".

Los hechos

El escrito de acusación del Ministerio Público señalaba que César Román y Heidi Paz se conocieron a principios del mes de abril de 2018 cuando ella empezó a trabajar en la sidrería que el acusado regentaba en Madrid y que, a los pocos días de conocerse, iniciaron la relación sentimental que les llevó a vivir juntos.

Ya en junio, cuando la víctima comenzó a dudar sobre la continuidad de su relación sentimental, dejó una nota a César diciéndole que se iba de la vivienda porque tenía que pensar, y luego en la madrugada del 5 de agosto ella le llamó y se dirigió al domicilio que habían compartido.

Una vez allí, entre aproximadamente a las 06.00 y las 16.00 horas de ese 5 de agosto, el acusado "movido por el hecho de ser la víctima mujer, y no aceptar que ella quisiera distanciarse de él, con la intención de quitarle la vida, o al menos, representándose dicho resultado, le causó la muerte", añadía la Fiscalía.

Posteriormente, para evitar ser descubierto y que se pudiera identificar el cadáver, y "sin importarle el ultraje y la deshonra que ello suponía para el cuerpo sin vida" de Heidi, el procesado separó del cuerpo la cabeza y las extremidades "y se deshizo de ellos, sin que se haya podido determinar la forma en que lo hizo".

Respecto del tronco de la mujer, el acusado "después de meterlo en una bolsa de plástico negra, lo introdujo en una maleta", y sobre las 16.21 de la tarde pidió un taxi en el que trasladó el cuerpo de la víctima desde el domicilio hasta una nave industrial del barrio de Usera de Madrid, prosigue el Ministerio Fiscal.

La Fiscalía sostuvo que el acusado "valiéndose de un cuchillo, le cortó los senos" e "intentó quemarlos"

Entre el 5 y el 13 de agosto el acusado, "nuevamente" para evitar que se pudiera identificar el cadáver, lo roció con sosa cáustica, "y valiéndose de un cuchillo, le cortó los senos, que tenían unos implantes de silicona, y junto con un colgante y otros efectos personales, el 13 de agosto de 2018, intentó quemarlos, haciendo un fuego en la plataforma del montacargas" de la citada nave.

Ese mismo día, tras enterarse de que se había encontrado el cuerpo de la mujer hondureña, dejó de utilizar la línea de teléfono habitual y huyó a Zaragoza, donde utilizó distintas identidades para alquilar una habitación y conseguir trabajo como cocinero. Allí fue descubierto el 16 de noviembre de 2018, detenido y se decretó su ingreso en prisión.

Román admitió errores pero afirmó que no había pruebas contra él

En su último turno de palabra en el juicio antes de la sentencia, Román admitió que cometió algunos errores durante el proceso, como cuestionar que los restos hallados en una maleta fueran los de Heidi o gesticular demasiado en su primera declaración ante el jurado popular, pero afirmó que no había una sola prueba en su contra y cargó contra los fiscales: "Toda la investigación ha estado dirigida a señalarme".

Román denunció que "el 100% de las pruebas que pedimos en la fase de instrucción nos fueron negadas", En concreto, dijo que recibieron la negativa a hacer 30 pruebas que solicitaron. "A todos aquellos que podían decir algo positivo de mí se les excluyó de la investigación", declaró. 

En referencia a que solo se ha encontrado el tronco de la víctima, aseguró: "Si esa persona se hubiera cortado las venas ¿lo sabríamos? No. ¿Y si hubiera tenido un infarto cerebral? Tampoco".

Otra de las pruebas que rechazó es su huella encontrada en uno de los botes hallados en el incendio de la nave alquilada por él, donde también fue encontrada la maleta con los restos de Heidi. Una huella, afirmó, que aparece como si hubiera cogido el bote al revés. "Esa huella está puesta ahí, a alguien le faltaba algo".

Un conjunto de indicios sin pruebas que los desvirtúen 

Por su parte, el fiscal Miguel Méndez explicó que en este caso hay que acudir a la prueba por indicios y que si un conjunto de indicios apunta al acusado se le puede considerar culpable. Además, ha afirmado que la defensa no ha aportado pruebas que desvirtúen los indicios.

Méndez recordó que Heidi usó su teléfono la última vez para llamar a César el 5 de agosto de 2018 a las 05.52 y luego su móvil fue hallado en el piso del acusado en Zaragoza, tras su detención. Además, esa fecha coincide con la de la muerte estimada por los peritos que comparecieron en el juicio y que precisaron que la víctima era de piel oscura, como Heidi Paz.

Otro indicio que apunta al Rey del Cachopo es que tenía "un comportamiento controlador", según lo relatado por sus exparejas y por el entorno de Heidi, así como que tenía antecedentes por maltrato y que sabía manipular carne, como los expertos dijeron que sabía hacer el asesino al desmembrar el cuerpo, que estaba sin cabeza ni extremidades.

También señalan a César Román la maleta en la que apareció el cadáver, porque tenía su ADN y además varios testigos han dicho que era suya -en contra de lo declarado por el acusado-, y el testimonio del taxista que explicó que le llevó el 5 de agosto por la tarde con una maleta grande, que reconoció en Sala.

Otros indicios son que el procesado tenía llaves de la nave en la que apareció el cadáver, que el conserje que alertó de un incendio en ese lugar, y que llevó al hallazgo, describió que vio salir a un hombre "bajo y que hablaba en castellano", y que precisamente el móvil del acusado le sitúa allí ese día a esa hora.

Además, hay una huella de Román en un bote de sosa cáustica encontrado en la nave (el cuerpo estaba recubierto de esta sustancia) y una argolla de otro bote de sosa cáustica se encontró dentro de la maleta.

Asimismo, el cuchillo encontrado en la nave, típico de cocina, se usó para seccionar los pechos de Heidi a fin de evitar su identificación por las prótesis mamarias que llevaba, y el acusado huyó precipitadamente justo el 13 de agosto supuestamente porque le amenazó una banda de narcos por la mañana, pero no se fue hasta por la tarde.

Ademas, incurrió en la contradicción, entre otras, de enviar cartas al juzgado a finales de 2018 y 2019 asegurando que a Heidi la había matado una banda de narcotraficantes, cuando en Sala ha asegurado que puede estar viva

Delito de homicidio intencionado

Finalmente, los magistrados de la Audiencia Provincial de Madrid consideraron que los hechos juzgados constituían un delito de homicidio al haberse ocasionado con forma intencionada la muerte de la joven, a quien mató la madrugada del 5 de agosto de 2018 en el piso que había alquilado poco antes en la calle López Grass del distrito de Vallecas.

La Sala se sustentó en el testimonio que ofrecieron los investigadores del Grupo VI de Homicidios en el juicio, especialmente aquellos que relataron que el móvil de la víctima se halló en la vivienda en la que alquiló una habitación el condenado tras huir a Zaragoza, donde fue detenido dos meses después del crimen.

La sentencia señalaba que el descuartizamiento se produjo para encubrir su propia conducta homicida, por lo que el delito de homicidio lo absorbe y lo tiene como agravante para la pena en su grado máximo.

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