Rosa Villacastín: "La prensa del corazón es hoy prensa de higadillo"

  • En medio siglo como periodista ha conocido a todo tipo de personajes, de la política y de la crónica social.
Rosa Villacastín, en una imagen de archivo.
Rosa Villacastín, en una imagen de archivo.
Sergio R Moreno / GTRES
Rosa Villacastín, en una imagen de archivo.

Maestra de maestros, Rosa Villacastín lleva más de medio siglo informando desde todo tipo de trincheras. Especializada en contenidos políticos, cubrió la muerte de Franco y conoció de cerca a los líderes más importantes. Multidisciplinar y clara defensora del periodismo de calidad, esta avilesa de tono pausado pero enérgico es todo un referente en el mundo del corazón. Por su grabadora han pasado las voces de actores como Sylvester Stallone, aristócratas como Estefanía de Mónaco o artistas de la talla de Julio Iglesias.

Imagino que a estas alturas ya no te sorprendes por nada, ¿qué te parece la noticia del embarazo de María José Campanario? ¡Es una noticia fantástica! Les va a venir muy bien, sobre todo a ella, porque la enfermedad que tiene es muy dolorosa y frustrante. Este embarazo es un regalo, pues durante muchos años han soportado muchas críticas, algunas muy descaradas. Jesús en un hombre que no tiene dobleces y que piensa las cosas como las dice. Además, tiene una gran dependencia de María José, le consulta todo.

Una profesional como tú, que has entrevistado a personajes inaccesibles, ¿cómo ves actualmente la prensa del corazón? Ha dejado de ser prensa del corazón para ser prensa de higadillo. Los personajes a los que prestamos atención son de un nivel terrorífico. Ya no tienen cabida los personajes con profesión, con trayectoria, que tienen cosas que decir, es todo muy pobre.

Siempre nos quedará Isabel Preysler… Es una mujer que, si bien no ha tenido una trayectoria profesional, sí ha sabido reflejar esa elegancia que era la prensa de sociedad. Casada cuatro veces con hombres muy importantes y ahora pareja de un premio Nobel. Isabel nunca ha tenido un mal gesto con la prensa ni ha querido protagonizar ningún escándalo. Y eso es muy reseñable.

¿Crees que este tipo de contenidos se van a extinguir? Ese tipo de prensa, la que permitía conocer a los famosos de verdad, ya se ha muerto. Ahora es cierto que nacen personajes, con los que mucha gente se identifica, pero que son flor de un día. Hemos tenido épocas gloriosas, pero ya es pasado.

Tú también fuiste presentadora. Tu gran éxito fue ‘ExtraRosa’, ¿por qué no quisiste continuar por esa línea? Si soy sincera, presentar no me gusta. Presenté aquel programa, del que también era directora, porque era una idea mía y porque me dejaron fichar a Ana Rosa (Quintana), que tenía la sonrisa más bonita de la televisión. Yo me siento más cómoda contando cosas que mirando a cámara.

"Nunca he buscado fama, jamás poso en un photocall ni cruzo líneas que no debo"

¿Cómo has conseguido mantener el éxito en toda tu carrera? ¿Cuál es secreto? Tener las ideas muy claras y no trastabillar. Nunca he buscado fama, jamás poso en un photocall ni cruzo líneas que no debo cruzar. En esta profesión es importante definirte y yo tengo muy claro que soy periodista. Estoy donde estoy sin haber tenido que hacer concesiones, aunque de la otra manera habría ganado mucho más dinero.

¿Qué tipo de televisión consumes? Me gustan los informativos de Televisión Española y luego veo mucho la programación de La Sexta, porque se da voz a todo tipo de opiniones. Me parece enriquecedor escuchar a gente que opina diferente, como Eduardo Inda. Y por las noches veo muchos capítulos de 'CSI', me los sé de memoria, me puedo ver 20.

Has sido también una periodista destacada en la radio, y me dicen que a día de hoy la sigues escuchando mucho, sobre todo por la noche… Duermo con la radio debajo de la almohada y no la apago nunca. Tanto es así que un día mi marido me dijo que había que solucionarlo y, desde entonces, dormimos en habitaciones separadas. En España se hace muy buena radio, hay grandes profesionales en todas las emisoras.

Llevas 52 años en la profesión y cada semana entrevistas a famosos en ‘Diez Minutos’, ¿se puede ser amigo de ellos? Lo que está claro es que hay que conocerlos. Soy de tener pocas amistades famosas y las que tengo o he tenido son muy especiales. Me refiero a gente como Concha Velasco, Lola Herrera, Rocío Jurado, Lina Morgan o Carlos Larrañaga.

Te significas mucho políticamente y también has luchado mucho por los derechos de las mujeres, ¿se puede ser amiga de Fraga y de Felipe González? Claro que sí. Fraga era un político, un hombre de Estado, lo demostró durante la Transición. Fui jefa de prensa del PP en el Senado y trabajé muy bien, me dieron absoluta libertad. Debo decirte que tengo grandes amigos del PP a los que no renunciaría por nada. Lo importante son las personas, más allá de sus ideas.

¿Ha cambiado mucho la clase política desde entonces? No tiene nada que ver. El relato de nuestros políticos actuales es muy triste, pero es un reflejo de la sociedad. Me sigue sorprendiendo que apenas haya comunicación, que no sean capaces de negociar, que sean tan ignorantes. Es muy triste, por ejemplo, que no haya habido acuerdo para nombrar a Almudena Grandes hija predilecta de Madrid.

Lo tuyo con las Campos ha sido una relación de ida y vuelta, ¿como estáis ahora? Teresa me dio la primera oportunidad en TVE, aprendí mucho. La quiero sinceramente, hemos pasado muchas cosas juntas y eso une.

Sin embargo, con Isabel Pantoja no puedes… Es una mujer muy mala que ha hecho daño a mucha gente. Sin embargo, en este momento me despierta mucha pena por lo que está pasando. No puedo entender que sus propios hijos digan las cosas que dicen. También me entristece la figura de su hermano, Agustín, porque también él ha renunciado a su vida. Están todo el día metidos en esa casa, no salen, no van al teatro, ni al cine, no tienen vida social… Con los Pantoja se podría hacer una grandísima serie de televisión.

¿Has pensado en la jubilación o de esto uno nunca se jubila? Si yo estuviera limpiando habitaciones de hoteles, estaría jubilada. Tengo un trabajo que me gusta tanto que es difícil desengancharse, soy muy selectiva, voy donde quiero. Yo no tengo hobbies, porque mi trabajo me permite ir a estrenos, a un cóctel, disfrutar en cenas con gente tan importante como Carlos de Inglaterra. He conocido gente maravillosa y gente miserable.

Has sido una mujer muy deseada, pero acabas de celebrar 25 años de casada. ¿En el fondo eres más tradicional de lo que dices? No soy nada tradicional. Tanto es así que el día de mi boda iba vestida de marrón, no llevaba anillos ni flores. Un desastre de boda, pero en la que nos lo pasamos muy bien. He tenido la suerte de encontrar a una persona que lo ha llevado todo con mucha naturalidad, que ha entendido mi forma de vivir y que me ha respetado, por ejemplo, el no querer tener hijos.

¿Por qué no quisiste ser madre? Nunca he querido tener hijos, porque con los hijos estás atada el resto de la vida y no he querido tener ninguna atadura. Los hijos te dan muchas alegrías, pero también te dan muchos disgustos.

¿Cómo fue criarse con tu abuela, la última mujer de Rubén Darío? Maravilloso, aunque yo no supe quién era ella hasta los nueve años. Era una mujer fascinante, coqueta, de una belleza muy clásica pero con don de gentes. Sin saber ni leer ni escribir tuvo mucho que contar.

¿Es cierto que querías montar un museo en esa casa? Me gustaría. La casa la tenemos en Gredos, donde Rubén Darío fue a pedir su mano, y nos haría mucha ilusión poderlo hacer, pero ahora mismo es complicado. En cualquier caso, mi abuela regaló al Gobierno español todo el archivo con más de 5.000 documentos catalogados por mí.

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