Eric Zemmour, el fan de Napoleón que transita por los límites de lo democrático y pone en aprietos a Le Pen y Macron

Eric Zemmour, durante un acto reciente.
Eric Zemmour, durante un acto reciente.
EFE
Eric Zemmour, durante un acto reciente.

La política francesa es tan interesante como incontrolable. No necesita tener cerca las elecciones presidenciales para parecerse a una serie de televisión, pero si estas están a la vuelta de la esquina (como es el caso, pues se celebran en abril del año que viene) los giros son dignos de una obra de ficción. Muchos nombres tratan de copar los titulares, pero esta vez uno está consiguiéndolo muy por encima del resto: Eric Zemmour. De momento, este martes ya ha presentado su candidatura.

Una Francia nostálgica e identitaria. Eso es lo que representa un periodista que se ha asentado en los últimos años en los medios de comunicación con un discurso extremista que coquetea con salirse de los límites de lo democrático. Tanto es así que ya acumula varias condenas. A Zemmour se le compara con Trump, pero realmente solo por ser un outsider (alguien que llega a la política, pero no es político). Ha llegado a relativizar la dictadura de Vichy y quiere una Francia que piense mucho más hacia dentro; habla incluso de "imperio" y ha llegado a decir que la Unión Europea "sin Francia no es nada".

"Los franceses descendientes de inmigrantes son más vigilados por la policía que el resto porque la mayoría de los traficantes son negros y árabes". Frases como esta le han valido notoriedad mediática, pero también muchos choques. Por esta en concreto fue despedido del diario conservador Le Figaro en 2006, aunque tiempo después volvió y en todo momento mantuvo un espacio como columnista. Además, ha ido sumando expresiones de desprecio hacia las mujeres y hacia la comunidad LGTBI.

Zemmour tiene dos libros que representan perfectamente su discurso. El primer sexo, publicado precisamente en 2006, que es una respuesta a la obra de Simone de Beauvoir, y El suicidio francés, publicado en 2014, donde ataca sin ningún tipo de filtro a los migrantes y a las feministas. Algunas de las partes de sus obras son las que le han valido juicios por delito de odio.

Y no solo ha llenado de elogios a Vichy, colaborador directo de los nazis, sino que también es un declarado fan de Napoleón. "Su fracaso es el comienzo de la decadencia y la disgregación que aún no ha terminado", dijo en un debate en televisión. El polemista considera que "las élites", donde incluye a políticos o jueces, son los "enemigos" del pueblo, y precisamente bajo esa idea quiere canalizar el 'voto enfadado' que hasta ahora iba hacia Le Pen.

Las referencias históricas concretas y un perfil culto, formado y con bagaje le hace alejarse de perfiles como Donald Trump o Jair Bolsonaro, con quienes ha sido comparado. Su primer paso es, efectivamente, quitarle el mayor número de votos posibles a Marine Le Pen. A la vez que Reagrupación Nacional está tratando de institucionalizarse y de mostrar un discurso más centrado, Zemmour camina solo. Su estructura es su discurso y sacar los pies del tiesto, y de esa forma ya es segundo en muchos de los sondeos para las presidenciales de 2022, aunque todavía lejos de Macron.

¿Peligroso e incapaz?

De hecho, una de las últimas encuestas en la que se le compara directamente con Marine Le Pen, Zemmour sale perdiendo. Es "peligroso" para el 52% de los franceses y en cambio solo un 13% le ve con capacidad para dirigir el país. Asimismo, un pírrico 16% considera que tiene posibilidades de ganar las elecciones del año que viene. Son datos realmente pobres de cara a la carrera presidencial, por lo que si quiere ser combativo no solo en el discurso sino también a la hora de la verdad tendrá que retocar su plan.

Sus porcentajes de voto ya se mueven en torno a 17% mientras el actual presidente se mantiene consolidado en el 24%. Zemmour tiene dos rivales: Le Pen y el propio Macron. A la primera la puede vencer en primera vuelta vistos los datos que se manejan; con el segundo, de momento, parece tenerlo mucho más complicado. En todo caso, los franceses también tienen dudas entre el polemista y una de las 'madres' de la ultraderecha moderna. Ven a Le Pen con más opciones de derrotar a Macron en una hipotética segunda vuelta que plagiaría a lo que pasó en 2017. Pase lo que pase, Eric Zemmour ya ha hecho lo que mejor sabe hacer: agitar.

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