Trabajadores del Gimnàs Social Sant Pau de Barcelona han reprochado a la nueva dirección de la cooperativa el despido "injusto y represivo" de una empleada, que era delegada sindical de la CGT entre los trabajadores del gimnasio, y han criticado irregularidades en la gestión del espacio por parte de la nueva directiva.

En declaraciones a los periodistas este martes, han lamentado el despido de esta empleada, que ven "otra negligencia de la actual directiva respecto a sus trabajadores y a los usuarios", y que se suma a las reivindicaciones laborales que creen que no se ha cumplido con la nueva dirección, que asumió el cargo en junio.

Fuentes de la dirección han explicado que la trabajadora fue despedida por una presunta agresión verbal a una compañera, por la que recibió una denuncia, unos hechos que tienen "clarísimo que no se pueden volver a producir" y que aseguran que no dejarán que se produzcan.

"Estamos dispuestos a hablar de todo pero siempre con respeto, y no solo ha habido una falta de respeto, sino que han habido amenazas y una denuncia de una trabajadora a otra", sostienen las mismas fuentes, que piden separar un hecho concreto de reivindicaciones laborales.

La trabajadora despedida ha desmentido que agrediera a ninguna compañera, asegura que no ha recibido ninguna denuncia y, ante la protesta de los trabajadores por esta situación, ha explicado que la dirección les ha amenazado con cerrar el gimnasio si no se acepta el despido.

Los trabajadores han explicado que han trasladado sus reivindicaciones a la dirección y que han obtenido "el silencio como respuesta, la manipulación o la huida hacia adelante"

Por todo eso, y con la voluntad de garantizar el futuro del proyecto, ha explicado que "la CGT iniciará las acciones legales y sindicales pertinentes hasta que se respeten los mínimos marcados por la ley".

Los trabajadores han acusado a la dirección de cometer irregularidades contra sus empleados y creen que "las cosas han ido a peor" desde que el exdirector de la cooperativa Ernest Morera dejara el cargo.

Han criticado el servicio "extremadamente precario", aseguran que no hay suficientes toallas -y que las cortan por la mitad para ofrecerlas a todos los usuarios-, ni calzoncillos ni calcetines, y que se está obligando a los trabajadores a lavar la ropa de los usuarios.

"Toallas por la mitad"

La dirección han defendido que asumen diariamente 50 duchas más de las que tienen contratadas y que en algunos días de agosto ofrecieron más de 440 duchas a los usuarios: "O les decíamos que no podíamos ducharlos porque no teníamos toallas o cortábamos una toalla por la mitad. ¿Qué tenemos que hacer?".

Además, han sostenido que hacía cinco meses que no cobraban del Ayuntamiento por trámites burocráticos al estar pendientes de la situación de desahucio: "Estábamos en un momento muy complicado. Tuvimos que pedir un crédito para poder pagar y desde entonces hemos comprado calcetines, toallas y sábanas".

Los trabajadores han explicado que han trasladado sus reivindicaciones a la dirección y que han obtenido "el silencio como respuesta, la manipulación o la huida hacia adelante", mientras que la dirección ha asegurado que no ha roto las negociaciones con los trabajadores y que nunca se han negado a abordar sus peticiones.

Relación "cordial" con el Ajuntament 

Por último, la directiva asegura que tienen "relaciones cordiales" con el Ajuntament de Barcelona y que se reúnen de manera fluida y que constatan la intención por parte del consistorio de que el proyecto siga hacia adelante.

Por su parte, la comisionada de Acción Social del Ayuntamiento, Sonia Fuertes, ha explicado en la comisión de Derechos Sociales de este mismo martes que trabajan en la propuesta de un nuevo proyecto para que el contrato de emergencia que el gimnasio tiene con el Ajuntament por el servicio de duchas -y que finaliza el 31 de diciembre- "tome la forma de una subvención".