Un joven Goku, serpientes y amor de madre: así es Heo Sung-tae ('El juego del calamar')

Heo Sung-tae, en 'El juego del calamar'.
Heo Sung-tae, en 'El juego del calamar'.
NETFLIX
Heo Sung-tae, en 'El juego del calamar'.

El mundo le ha conocido como el mafioso Jang Deok-su de El juego del calamar, un papel que parecía hecho a su medida. Pero no porque Heo Sung-tae tenga una vertiente matona en su pasado, sino por su ya característico tatuaje en el lateral del cuello: una serpiente. Los millones de espectadores de la serie de Netflix acabaron incluso cogiéndole cariño a este rol que ha conseguido que el actor haya pasado de 10.000 seguidores a algo más de dos millones en Instagram. 

Nada mal para alguien que, aunque comenzó como uno de los personajes más poderosos de la ficción internacional, hubo de dejar la interpretación para poder sobrevivir en una Corea del Sur donde el capitalismo más salvaje ha tenido unas consecuencias durísimas para la población que se han visto incrementadas desde los años 80.

Heo Sung-tae tiene una relación con las víboras y las culebras básicamente desde que nació hace 44 años, el 20 de octubre de 1977, pues en el país que tiene al otro lado del Mar Amarillo, China, tiene un símbolo zodiacal que le ha venido pintiparado: la serpiente. Este signo se repetirá varias veces a lo largo de su vida y, para quienes hayan visto El juego del calamar, unos datos: sus números de la suerte son el 2, el 8 y el 9 y sus colores de la suerte, el rojo y el negro, son intensos (aunque celosos y posesivos), saben mantener la calma y se muestran muy leales con sus amigos. Ejem, ejem.

Pero no confundamos al actor con el personaje, porque Sung-tae, que vino al mundo en Busán, en el extremo sur del país asiático, empezó encarnando al héroe. Y no un héroe cualquiera, sino uno que ha marcado a generaciones y generaciones de personas a lo largo y ancho del globo: Son Goku. Bueno, en realidad, a su versión infantil.

A sus 12 años, el precoz intérprete se metió en la piel del Super Saiyan en Dragon Ball Zero, cuyo título original es el mucho más largo Deuraegon bol: Ssawora Son O-gong, igyeora Son O-gong. y que supuso la primera adaptación (no oficial y en imagen real) de la obra de Akira Toriyama. Esta cinta narra los orígenes del popular manga -presentes en la saga del Emperador Pilaf que mezcla con partes de la saga Vegeta- como se han apresurado a dar a conocer en redes varios entusiastas de ambas series. El problema para su identificación rápida en otras páginas de datos cinéfilos (como IMDb) es que su nombre aparecía con una ligera modificación: Heo Seong-tae.

Para su desgracia, después de aquella experiencia no tuvo más recorrido artístico delante de las cámaras durante muchos años y, aunque ese era su sueño, continuó con sus estudios. Primeramente, Sung-tae se graduó en la escuela secundaria de Geumjeong-gu, un distrito al norte de su ciudad, y, más tarde, cursó una Licenciatura en el Departamento de Lengua, en la Universidad Nacional de Pusan [nombre anterior de la urbe].

Se especializó en ruso, de ahí que a muchos fans de ese país les sorprendiera su facilidad para el idioma. Sin embargo, fue puro instinto, pues estuvo trabajando varios años vendiendo televisores al mercado eslavo para LG Corporation. Tras ello, comenzó una nueva aventura empresarial en el departamento de planificación y coordinación de una empresa de construcción naval. Fue entonces, ya entrado en la treintena, cuando regresó ese recuerdo de que él había sido Goku por obra y arte del cine. Y quiso volver.

"En aquel momento, me arrodillé delante de mi madre y le prometí que me convertiría en actor. Yo había descubierto mi talento en el cuarto de baño. Me gustaba imitar en el espejo algunos programas de comedia y escenas de películas famosas cuando estaba solo dentro", ha confesado recientemente en una entrevista que le han hecho en el programa Omniscient Interfering View de la cadena surcoreana MBC.

Así que nos situamos en 2011. Aquel año, Hue Sung-tae participó en un programa de la SBS llamado Miracle Audition en el que aspirantes a actores interpretan un papel conocido para conseguir algún rol. Él consiguió cautivar al jurado -obtuvo el quinto lugar- al encarnar al mismo personaje que encumbrase a Choi Min-sik: el protagonista de Old boy, del director Park Chan-Wook.

Heo Sung-tae, en 'Miracle Audition', interpretando la cinta 'Old Boy'.
Heo Sung-tae, en 'Miracle Audition', interpretando la cinta 'Old Boy'.
MBC/SBS

Desde entonces no ha cesado de trabajar, apareciendo en más de una veintena de películas y otras tantas series, especializándose además en los K-Dramas, como se conoce a las producciones de Corea del Sur. Aunque su rostro era conocido en su país, eso sí, no ha sido hasta El juego del calamar que no ha obtenido el reconocimiento internacional y en su siguiente participación, de nuevo con Netflix (The Silent Sea), coincidirá con un compañero de reparto: Gong Yoo, más conocido como El Captador en la ficción.

Eso sí, aunque a su personaje, el jugador 101, con sus artimañas y trampas para conseguir sobrevivir, le han sacado parecido con otro famoso personaje de dibujos animados (Snake, el criminal del Springfield de Los Simpson, algo de lo que él se ha enorgullecido en sus redes), quienes le siguen saben que el actor es todo lo contrario.

Para empezar, porque ha hablado abiertamente sobre sus problemas durante el rodaje (sufrió enteritis, una inflamación en el intestino, durante gran parte de la filmación, lo que le produjo graves problemas de pérdida de peso) y continuando porque una de sus fotografías más conocidas es portando un ramo de rosas en el set.

Además, no cesa de mostrar todo el cariño que le tiene a sus gatos y, sobre todo, por su madre, a la que ha hecho posar con el cartel de la serie que ha convertido en estrella a aquel hijo que se le arrodilló prometiéndole que triunfaría ante las cámaras. Al final va a ser cierto eso que dicen sobre las personas que nacen bajo el signo de la serpiente: que saben lo que quieres y cómo conseguirlo.

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