Así es el gigantesco santuario al que se ha retirado Frank Cuesta lejos de las personas

Un montaje fotográfico con Frank Cuesta ante el terreno donde instalará su nuevo santurario.
Un montaje fotográfico con Frank Cuesta ante el terreno donde ha instalado su nuevo santuario.
FRANK CUESTA
Un montaje fotográfico con Frank Cuesta ante el terreno donde instalará su nuevo santurario.
Un montaje fotográfico con Frank Cuesta ante el terreno donde ha instalado su nuevo santuario.
FRANK CUESTA

Es el proyecto de su vida y está volcado plenamente en él: un santuario para los animales en plena naturaleza, donde recibirlos después de rescatarlos, cuidarlos, reintegrarlos a la naturaleza y si no es posible, mantenerlos indefinidamente. Frank Cuesta se ha retirado a este lugar a buena distancia de Bangkok, Tailandia, donde vive rodeado de sus colaboradores humanos, pocos, de su familia cuando va a visitarle y de animales como la nutria Chispas o la cacatúa Kaka

Con la tele descartada por el momento y Twitch y Youtube (tiene 2,43 millones de suscriptores) como ventanas al mundo, el santuario es lo que se lleva toda la atención del herpetólogo. 

Se trata de un terreno de 37 hectáreas (370.000 metros cuadrados) de bosque y tierras de labranza. Una parte de ese terreno ha sido remodelado con instalaciones, un lago, un canal artificial, abrevaderos, vivienda, hábitats para los animales... 

Cuesta compró los terrenos a una cooperativa que los usaba para cultivo y aún una parte estará destinado a eso pues allí vive un matrimonio mayor a quien Cuesta permite que cultive parte de la hacienda, pues es su medio de subsistencia.

El terreno costó 860.000 euros, una gran suma, pero un buen precio por no estar cerca de la capital. 

Ochenta días de obreros y excavadoras después el santuario de animales estaba acabado, con Cuesta afincado allí y trabajando a destajo por el aumento de abandono de animales exóticos y la caída de la demanda por la pandemia. 

El vallado, el cableado, las edificaciones, excavaciones... fueron otros 103.000 euros.

Todo el dinero salió de la venta de su antigua casa en la capital de Tailandia, de sus ahorros y una buena parte está hipotecada, con una cuota mensual. 

Las suscripciones a los canales de Frank Cuesta (solo de Youtube percibe de 12.000 a 14.000 al mes según él mismo contaba en esa red social) y las donaciones ayudan a sufragar los gastos. 

Cuesta no quiere sponsors ni colaboradores, para evitar que el lugar se convierta en un peregrinaje de personas y un problema al deber favores. 

Y aunque el proyecto inicial está terminado, en unos años Frank Cuesta querría ampliar el santuario a unas 50 hectáreas en total. 

El recinto, ubicado en una llanura rodeada de campos y bosquecillos, está vallado y equipado con cableado subterráneo que permite, entre otras cosas, colocar cámaras en todo el entorno, para seguridad y grabación de vídeos de naturaleza. 

Cuesta lidia allí en ocasiones con gente de la zona, en ocasiones con los cazadores que instalan trampas en las inmediaciones, lo que afecta a las aves y otras especies. 

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