El volcán acaba también con la agricultura y la pesca de La Palma: "Si entra la lava, ya no hay nada que hacer"

Un trabajador de las plataneras en La Palma.
Un trabajador de las plataneras en La Palma.
Un trabajador de las plataneras en La Palma.

Las coladas de lava avanzan enterrando decenas de viviendas en La Palma y amenazan ya a la zona más productiva del principal sector económico de la isla: el cultivo de plátano.

Un mar verde de palmas plataneras separa Todoque, la última población en ser arrasada por la colada más larga del volcán, de la línea de costa, a donde ya no está claro de cuándo llegará la lava, si es que finalmente lo hace.

"No se sabe, depende de por dónde baje la lava, pero toda esa zona de invernaderos de por allí quedará tapada", explica, señalando al horizonte, Víctor, trabajador de una de las fincas de la zona desde donde se puede ver humear y escupir lava al volcán.

Hoy nos acercamos a una de tantas plantaciones de plátano que se encuentran alrededor de la zona del volcán.

La mayoría de las fincas son de pequeños campesinos -unas 500 familias- que dependen totalmente del cultivo para su supervivencia. Las horas son angustiosas viendo como la lava avanza muy lentamente, pero sin freno hacia las plataneras.

"Estamos en isla volcánica, es naturaleza, yo creo que se está revelando de alguna manera. Nos tocó y hay que apechugar"

"Hay muchísima gente que trabaja en esto, y si no es directa es indirectamente o rentando la finca", explica Víctor. "Será un problema para toda la economía de la isla, pero contra eso no se puede luchar. Cuando empezaron las noticias y los temblores uno pensaba: 'No va a pasar'. Pero estamos en isla volcánica, es naturaleza, yo creo que se está revelando de alguna manera. Nos tocó y hay que apechugar".

"Si entra la lava, no hay nada que hacer"

La carretera es estrecha y se extiende flanqueada por plataneras. De vez en cuando, van y vienen camiones cargados de fruta. El martes por la noche saltó la noticia de que se iba permitir una recogida exprés en los cultivos a los que no se podía acceder por la proximidad de la lava.

El miércoles por la mañana, los camiones accedieron dando la vuelta completa a la isla, pero la recolección apenas ha podido llevarse a cabo ante la enorme cantidad de ceniza que caía sobre los campos e impedía el trabajo de los operarios.

"La sensación es horrible, tenemos compañeros afectados, agricultores que han perdido sus casas..."

"La sensación es horrible, tenemos compañeros afectados, agricultores que han perdido sus casas… no se puede explicar. Esta es la mejor zona de producción que tenemos, no sé lo que va a pasar", declara Elisa Martínez, la responsable de comunicación de la cooperativa empaquetadora de fruta Europlatano.

Otras empaquetadoras como esta se han quedado aisladas y Europlátano ha decidido asumir parte de su producción para tratar de salvar la máxima fruta posible en una carrera contra el tiempo.

"No sabemos qué va a pasar de aquí a dos días", explica Martínez. "Si entra la lava, ya no hay nada que hacer así que tenemos que intentar salvar todo lo que podamos ahora".

La pesca también está paralizada

El puerto de Tazacorte ofrece también una espectacular panorámica de toda Cumbre Vieja y el nuevo volcán que entró en erupción el pasado domingo. La zona está fuera de peligro, a una distancia prudencial de la colada que desciende de la ladera de la montaña, pero los pescadores llevan en puerto desde entonces. La Guardia Civil patrulla la costa hasta las dos millas de profundidad. Nadie puede salir a faenar por esta franja.

Pescadores en la isla.
Pescadores en la isla.
Pablo Rodero

El puerto está prácticamente desierto y todos los barcos están cubiertos de una fina capa de ceniza. Un grupo de pescadores artesanales, que capturan los peces con caña, están agrupados charlando junto a la flota parada.

Pablo Adrián Trujillo tiene 30 años y lleva desde los 16 como pescador en Tazacorte: "Aquí estamos esperando, a ver qué podemos hacer, porque nos acotaron la zona", declara, señalando con la cabeza la costa hacia la que se abre el puerto. "Yo no faeno por esta zona normalmente, pero estoy a la espera porque dicen que cuando llegue al agua va a generar gases y estamos con el miedo".

"Estamos esperando a que llegue al mar"

Los restaurantes de la zona, que en verano suele estar repleta de turistas, están cerrados, por lo que la actividad pesquera estaría parada aún sin la zona de exclusión establecida por las autoridades en donde se prevé que la lava haga contacto con el mar. Toda la isla permanece a la espera.

Empaquetadora en La Palma.
Empaquetadora en La Palma.
Pablo Rodero

"Si esto dura meses, qué pasará de nosotros, estamos en incertidumbre. Estamos esperando que llegue al mar y a ver qué pasa, si hay gases no hay gases, o la lluvia ácida esa que dicen", declara Trujillo.

"No quiero verme en el pellejo de los que están perdiendo sus casas y sus terrenos, ellos están muchísimo peor"

Tras la erupción volcánica submarina de hace diez años en El Hierro, los pescadores estuvieron más de un año sin poder faenar. "Si tenemos que dejar de pescar las letras sí que nos van a comer", declara Antonio Manuel, otro de los pescadores del grupo. "Pero no quiero verme en el pellejo de los que están perdiendo sus casas y sus terrenos, ellos están muchísimo peor, nosotros en esa parte, al menos, hemos escapado".

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