Un osezno de 7 meses muere tras sufrir un fuerte traumatismo en Asturias

Un osezno, en una imagen de archivo.
Un osezno, en una imagen de archivo.
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Un osezno, en una imagen de archivo.

Un osezno de unos siete meses de vida y doce kilos de peso murió este sábado poco después de que fuese encontrado malherido por personal de la Fundación Oso de Asturias junto a la pista de Tablizas, que une Moal con el centro de interpretación del parque natural de Muniellos, en el suroccidente asturiano.

Según infrmó el Principado a través de redes sociales, la cría fue localizada sobre las 19:30 horas de este sábado y murió una hora después como consecuencia de las lesiones que presentaba.

El osezno no tenia heridas a la vista ni restos de sangre por lo que todo apunta a que la muerte se produjo como consecuencia de un fuerte traumatismo, extremo que deberá confirmarse ahora con la necropsia que se le practique en el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agrolimentario (Serida), a cuyas instalaciones ha sido trasladado el cadáver.

Entre junio y julio han sido localizados en Asturias muertos o con heridas de extrema gravedad cuatro osos de pocos meses de vida.

Hace menos de un mes, el 24 de junio, fue sacrificado un osezno de unos dos años tras ser recogido en estado muy grave en una cuadra ubicada en las inmediaciones de la localidad de Cuetos, en Proaza, en la que se había refugiado.

El 15 de junio se localizó el cadáver de otro ejemplar de oso pardo, de aproximadamente año y medio y 20 kilos de peso, en la pista que une la localidad de Faedo con la carretera que llega a Besullo, en el municipio de Cangas del Narcea, también en el suroccidente de Asturias, en el límite con León.

En la misma zona, el día 4 del mismo mes se encontraron los restos de otro ejemplar en las inmediaciones del pueblo de Arbellales, en el municipio de Somiedo, con signos de haber sido depredados.

En peligro de extinción

El oso pardo está declarado especie protegida desde 1973 y, pese al incremento del número de ejemplares que sitúa en unos 300 en la Cordillera Cantábrica y medio centenar en los Pirineos, continúa en peligro de extinción en España, donde en los últimos años han aumentado las quejas de ganaderos por los ataques sufridos por sus cabañas.

El creciente interés que despierta el avistamiento de esta especie ha llevado a la asociación Hostelería y Turismo de Asturias (OTEA), la Fundación Oso de Asturias (FOA), y la Fundación Oso Pardo a la elaboración de la guía didáctica y el decálogo Turismo responsable en territorios oseros, que será presentado este lunes en Oviedo.

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