Este martes, La 1 emitió la final de MasterChef 9. En primer lugar, tuvo lugar una dura prueba de recreación, pues los aspirantes tuvieron que recrear un plato de Ricard Martínez mientras el propio chef lo preparaba. Pese a su complejidad, Arnau consiguió resolver la prueba con soltura, convirtiéndose en el primer duelista.

Los 'zascas' del chef Ricard Martínez a Meri en la final de 'MasterChef 9': "¿Es la primera vez que cocinas aquí?"

Después, en un reto en exteriores dedicado a Chilliida y grabado en el País Vasco, Meri se convirtió en la segunda duelista, quedándose María y Fran a las puertas de ese gran asalto final. Tanto Meri como Arnau coincidieron en la importancia de sus orígenes y de sus familias en sus menús.

Sin embargo, y por algún matiz en el cocinado, el comercial terminó alzándose como el MasterChef de la novena edición. Eufórico, quiso mandarle un mensaje a la gente: que los sueños se cumplen y que hay que luchar por ellos para cambiar de vida si uno no está satisfecho con la suya. Y es que, desde el principio verbalizó su intención de pasarse de su trabajo actual a un proyecto gastronómico que se centrara en la proximidad.

El menú del catalán, siguiendo esas premisas, constó de una coca de recapte con crema de pimiento, berenjena asada y caballada marinada; carabinero con salsa chili crab, pichón en dos cocciones y aire de cilantro, y crema catalana en texturas con crumble de carquiñolis y helado de moscatel. "Me ha sabido a mi tierra", dijo Jordi Cruz, sin poner una pega.

Además, le dedicó la propuesta a sus abuelos, quienes le habían transmitido el interés en la cocina, e hizo una crítica social, señalando que a día de hoy nos hemos desconectado de esa relación con los alimentos sin intermediarios. Sus platos enamoraron incluso a Dabiz Muñoz, que se pasó como invitado por el talent culinario. El catalán se lleva así 100.000 euros, un master en el Basque Culinary Center y la publicación de su propio libro de recetas.