La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha anunciado este viernes la compra del histórico cabaret El Molino del Paral·lel, que pasará a ser "un equipamiento más de la ciudad" más allá de que ya suponga "un símbolo sentimental de la historia individual y colectiva" de la capital catalana. El teatro de variedades llevaba dos años cerrado por las dificultades económicas que experimentaba la actual propiedad y que se complicaron aún más con la pandemia.

La Comissió de Govern del consistorio formalizó el pasado jueves la adquisición, a la que se destinará una inversión de 6,2 millones de euros (muy por debajo de los 25 millones de euros que ha costado la reforma de este espacio en los últimos años). 

Colau ha destacado que esta compra se inserta dentro de la estrategia de consolidación del Paral·lel como "un espacio de vida vecinal y de la cultura popular". 

"No quería ver el Molino convertido en un puticlub" (Elvira Vázquez, propietaria 
de El Molino)

"Era fundamental salvar El Molino porque si no interveníamos habría pasado lo que en otros equipamientos culturales que han acabado en manos de fondos buitre o de un interés privado que desvirtúe su identidad", ha afirmado la alcaldesa barcelonesa.

Reapertura en 2022

En los próximos meses se llevará a cabo un concurso de dirección del equipamiento y, gracias a las importantes reformas realizadas en el espacio en los últimos años, este podrá reabrir el próximo año 2022. 

La gestión del nuevo El Molino será público-privada pero no tradicional, sino dentro del modelo de las nuevas Cases de Cultura que está impulsando el Ayuntamiento y que tiene desde hace un tiempo en la cercana sala Barts del Paral·lel la Casa de la Música. 

Nueva Casa de las Culturas

Se buscará por parte del equipo municipal de gobierno que el nuevo teatro no olvide su esencia "canalla" dedicada a las variedades, pero se abrirá a una hibridación y a múltiples disciplinas, como la magia o la comedia. La cultura y el espectáculo saldrá igualmente a la plaza frente al teatro, tiene previsto el consistorio.

"No queremos que el Paral·lel se parezca a Broadway. Hemos de crear una Barcelona con su cultura y sus barrios. En esta salida de la crisis Covid con la vacunación, la cultura ha de tener un papel central y también el Paral·lel", ha dicho la primera edil. 

"No solo salvamos un equipamiento muy querido en la ciudad, sino que estamos preservando el alma de la ciudad cuando más lo necesitamos para salir de la crisis recordando quienes somos, toda nuestra cultura y nuestro talento", ha reafirmado. 

Elvira Vázquez, gestora de El Molino desde la empresa Ociopuro, sociedad que entró en liquidación en 2019, ha explicado que a lo largo de los últimos años han sido muchos los inversores internacionales que se han interesado por adquirir el histórico teatro de cabaret. Finalmente, se ha decantado por el Ayuntamiento porque confía en el proyecto que se quiere acometer desde la administración municipal y porque "no quería ver el Molino convertido en un puticlub". 

"Hemos cogido todas las crisis y seguramente habremos hecho cosas mal, pero hemos puesto amor y eso se respira", ha explicado Vázquez sobre la sala. También ha regalado a la alcaldesa Colau una de las típicas plumas que llevan las artistas de cabaret en su vestuario haciendo la siguiente petición: "Este es el vestuario de mi hijo y quiero que lo cuiden porque es vida, alegría y fantasía". Y le ha pedido a los responsables presentes en el acto "que cumpláis". 

Sobre el cercano teatro Arnau, que también se encuentra en manos del Ayuntamiento, "hace falta una reforma millonaria" que hace que los plazos de reapertura se retrasen, ha matizado Colau. El edificio de El Molino "está muy cuidado y es completamente nuevo", ha añadido Vázquez, que sí que ha lamentado que el Talía, otro de los símbolos del Paral·lel, "siga siendo un solar".