Putin y Biden se reúnen en Ginebra para aliviar tensiones entre ambas potencias: "Es mejor verse cara a cara"

Reunión de Putin y Biden
Reunión de Putin y Biden
EFE/EPA/MIKHAIL METZEL/SPUTNIK/KREMLIN POOL
Reunión de Putin y Biden
Joe Biden y Vladimir Putin, en la cumbre de Ginebra.
MIKHAIL METZEL / SPUTNIK / EFE

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, aterrizó este miércoles en Ginebra, donde este mediodía se ha reunido con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en una cumbre marcada por las fuertes tensiones entre Moscú y Washington.

El primero en hablar fue Putin, quien destacó que "se han acumulado muchas cuestiones en las relaciones ruso-estadounidenses". "Espero que nuestro encuentro sea productivo", apuntó el líder ruso, al inicio del encuentro en la Villa La Grange.

"Señor presidente, quisiera agradecerle su iniciativa de celebrar esta reunión", añadió Putin, sentado en una de las bibliotecas de la mansión junto a Biden y los ministros de Exteriores, el ruso Serguéi Lavrov y el estadounidense Antony Blinken. Biden dijo "gracias", después de que su homólogo ruso señalara que esperaba una reunión productiva y apuntó: "Como siempre he dicho afuera, es mejor verse cara a cara".

El presidente estadounidense agregó que durante esta jornada intentarán determinar dónde están sus intereses mutuos y dónde están sus desacuerdos.

"Podemos hacer todo para discutir los asuntos de una manera profesional y predecible", afirmó. 

Ambos mandatarios hablaron delante de los periodistas al comienzo de la cumbre, antes de que los reporteros fueran sacados de la sala. Preguntado sobre si confía en Putin, Biden sacudió su cabeza arriba y abajo de forma afirmativa. Un reportero cuestionó al mandatario ruso sobre si temía al opositor encarcelado Alexéi Navalni y acerca de qué haría si Ucrania se uniera a la OTAN, ante lo que Putin elevó la vista y no contestó. 

Cumbre en una villa suiza

Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de EE UU, Joe Biden, llegaron con pocos minutos de diferencia a la Villa, donde se reúnen por primera vez en un intento de hallar áreas de cooperación y superar los desacuerdos. 

Putin llegó a las 13.05 hora local  en su limusina rusa Aurus a la mansión construida en el siglo XVIII directamente desde el aeropuerto de Cointrin. El presidente suizo de turno, Guy Parmelin, le saludó sobre una alfombra roja en la entrada de la villa, flanqueada en ambos lados por las banderas de Rusia, EE UU y de Suiza y macetas de flores. Biden llegó once minutos después desde el hotel en el que se aloja a la villa, donde, al igual que Putin, fue recibido por Parmelin.

A diferencia de Putin, el avión presidencial estadounidense Air Force One aterrizó ya el martes por la tarde en la ciudad suiza, procedente de Bruselas, donde Biden participó el lunes en la cumbre de la OTAN y el martes en una entre EEUU y la Unión Europea (UE).

Reunidos con sus asesores

Primero se han visto en un formato reducido, junto al ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, y después lo hacen en uno más amplio, en el que participarán los dos presidentes y cinco asesores de cada delegación. Según el Kremlin, aún no está claro si los dos mandatarios se reunirán en algún momento a solas durante la cumbre.

La cumbre está diseñada para durar unas cinco horas, pero la agenda es demasiada amplia para cubrir todo en este tiempo, por lo que las conversaciones durarán "lo que tengan que durar", afirmó.

La agenda de las conversaciones se centra en el estado actual y las perspectivas de las relaciones bilaterales, la estabilidad estratégica, temas de seguridad informática y la lucha contra la ciberdelincuencia. Además tratarán temas relativos a la cooperación económica, el clima, el Ártico y la lucha contra el coronavirus.

Sin grandes expectativas

Asimismo Putin y Biden evaluarán la situación en Oriente Medio, Siria, Libia, Afganistán, la península coreana, así como el programa nuclear iraní. También prestarán atención a los conflictos en Nagorno Karabaj y Ucrania y la crisis en Bielorrusia.

El líder estadounidense quiere además hablar con Putin de los derechos humanos y la persecución de la oposición rusa, entre ellos el encarcelado Alexéi Navalni. 

Aunque ni en Moscú ni en Washington hay grandes expectativas sobre los resultados de la cumbre de Ginebra, su sola celebración se considera un avance habida cuenta del estado de las relaciones ruso estadounidenses, que se encuentran en su peor momento desde el término de la Guerra Fría.

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